Comín
Para mucha gente, el hecho de ser cristiano de espíritu y comunista de pensamiento es poco menos que una herejía, una diabólica paradoja que va contra las leyes de Dios. Sin embargo, para algunos cristianos, nuestro compromiso con la fe de Jesucristo nos acerca de forma inevitable a la justicia social, a la conciencia de clase, al comunismo. El ejemplo más claro de ello fue -es- Alfonso Carlos Comín, de cuya muerte se cumplen ahora 20 años. Hijo de católicos tradicionalistas, y profundamente cristiano, optó por la militancia en la extrema izquierda primero y en el PC después. ¿Es esto increíble? El que toma la decisión de convertir los principios del cristianismo en manual de vida, debe tomar partido por los desfavorecidos. Según ésta premisa, el que además decide traspasar la frontera de lo espiritual para poner en práctica sus convicciones en el terreno político e ideológico fácilmente opta por la izquierda y, concretamente, por el marxismo.El reto de los comunistas cristianos es escapar al dogmatismo existente tanto en el comunismo como en el cristianismo. El reto es luchar por un sitio dentro de ambos movimientos a la vez que luchamos por cambiar la sociedad, siguiendo los caminos que marcaron Jesucristo y Marx. Porque, al fin y al cabo, dichos caminos acaban por convergir.- Àlex Amaya Quer. Mollet del Vallès.
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