La avalancha de candidatos en el PSPV revela la fractura interna
La proliferación de aspirantes a la secretaría general del PSPV a dos semanas del congreso nacional pone de manifiesto el nivel de fractura interna que vive el socialismo valenciano. Francisco Granados, presidente de la gestora, se atrevía a vaticinar a finales de julio que tres o cuatro destacados militantes optarían al cargo. Pero sus expectativas se han desbordado con creces. De momento, se barajan siete candidaturas más o menos solventes.
Las asambleas locales del PSPV eligen los primeros delegados al congreso convocado para el tercer fin de semana de septiembre mientras el número de candidatos a la secretaría general se multiplica. Todos ellos son próximos a la delegación mayoritaria del PSPV en el reciente congreso federal, que apostó por José Luis Rodríguez Zapatero como secretario general del PSOE. Pero cada día se hace más patente que la supuesta cohesión del grupo respondía a un elemento aglutinador externo, personificado en Ciprià Ciscar, portavoz de la delegación minoritaria y, aparentemente, derrotado en Madrid.Ayer, José Luis Ábalos, portavoz de aquella delegación mayoritaria, confirmó en Alicante que no retirará se candidatura a la secretaría general y que nunca se prestará a "ceremonias de la confusión y cambalaches" de última hora, que "sólo generan reparto de poder en detrimento de las ideas".
Al mismo tiempo, Amador García, vinculado a Nuevo Impulso, sugería que el modelo de financiación autonómica debe extenderse a las corporaciones locales, sugería un modelo de partido próximo al PSC y aplazaba hasta el viernes la formalización de su candidatura.
Josep Bresó, que anunciará su opción mañana, se entrevistaba en Madrid con José Blanco, secretario de Organización de la ejecutiva federal, y apuntaba que la proliferación de candidatos es sana.
Al mismo tiempo, Movimiento por el Cambio, renunciaba a identificarse con un único aspirante y abría las puertas a la inminente candidatura de Andrés Perelló, que se anunciará antes del fin de semana.
Por la noche, Francesc Baixauli presentaba su proyecto político en un restaurante de Valencia.
Joan Ignasi Pla y el séptimo en discordia, el no declarado Ximo Puig, guardaban silencio y evitaban por unas horas participar en la confusión que precede al congreso más abierto de la reciente historia del PSPV.
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