El ex ministro Pimentel publica en octubre su primera novela
España y las Bahamas
Los entresijos del proyecto Genoma Humano, la biotecnología, la ingeniería genética y la paleoantropología constituyen el telón de fondo de la primera novela de Manuel Pimentel, una obra en la que el ex ministro de Trabajo pone el misterio y la intriga al servicio de temas actuales de gran alcance social. La novela, que Planeta publicará el próximo mes de octubre, tendrá por título Peña Laja y es, según afirma el autor, "una reflexión sobre el origen, la evolución y el futuro del hombre", que persigue ante todo "divertir" pero también la divulgación científica y el debate.Cualquier español conoce a Manuel Pimentel tras su paso por la política como secretario general de Empleo y ministro de Trabajo desde enero de 1999 hasta febrero de este año. Pocos saben, sin embargo, que sus aficiones literarias le acompañan desde la infancia. De niño se presentaba a concursos en Sevilla, su ciudad natal: "Y algún premio me dieron".
A sus 39 años recién cumplidos, Pimentel, que se confiesa bibliófilo y lector fiel de autores como Vargas Llosa y García Márquez, dice que Peña Laja es una novela "robada a la madrugada". "He visto muchas veces el alba escribiendo, y pocas líneas han surgido antes de las doce de la noche". "Siempre tuve ilusión por escribir un libro", añade el ex ministro, que comenzó a desarrollar esta novela el pasado otoño sobre una idea que le rondaba desde hacía tiempo. "Aunque es curioso", reconoce, "porque cuando te pones a escribir los personajes toman vida y ellos mismos te llevan por sitios que uno no sospechaba".
Ambientado en varios puntos de España y en las Bahamas, el libro arranca con el descubrimiento de restos de homínidos en la cueva de Peña Laja, lugar ficticio que el autor sitúa en la provincia de Burgos. Los paleontólogos que los hallaron comprueban que el santuario ha sido profanado.Una periodista, María Cabezas -"el personaje que tiene más vida y sobre el que pivota la trama"- y un inspector de policía, Javier Santamaría, intentan desentrañar el enigma. Una niña enferma de leucemia, a la que tratan de curar con los nuevos métodos de la ingeniería genética, viene a completar la trama.
Las sorpresas crecen a medida que avanza la lectura "y no hay nada previsible", se trata de una novela con mucha acción en la que predomina el diálogo, porque prefiere "que sea el lector el que ponga caras e imagine el entorno". En las casi 400 páginas del libro, el autor ha tratado de reflejar el debate social existente sobre las nuevas tecnologías a través de los personajes: "Unos son vehementes defensores del avance genético y otros se oponen con fuerza".
Este ingeniero agrónomo y licenciado en Derecho asegura que ser un lector "anárquico" y "variado". Escribir es para Pimentel "un placer" que le relaja. Ya piensa en su siguiente novela.
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