Los reveses de Botero
La suerte de Santiago Botero ha cambiado. El ganador de la montaña en el último Tour, el corredor que más se acercó al espectáculo de Lance Armstrong, se ha quedado rezagado en la Vuelta. Nada tiene que hacer. El primer día falló en la contrarreloj por las secuelas de una gripe. En Albacete se descolgó como todo el Kelme. Ayer se le averió dos veces su máquina cuando más lanzado marchaba el pelotón. El esfuerzo en el llano lo pagó en las rampas de Xorret del Catí. Llegó a tres minutos de Eladio Jiménez y ya camina a 5.49 de Zülle. "Pinché en dos ocasiones", recordó en la meta el colombiano, siempre calmado pese a todo. "Me costó mucho empalmar y al final me quedé sin fuerzas".Botero no fue el único perjudicado. De hecho, él tuvo suerte de no ir al suelo. Las caídas ayer se sucedieron como una lotería. En cada paso de peatones alguien resbalaba. Roscioli, cuando iba destacado antes del puerto; Alberto Martínez se empotró contra la carretera en incontables veces y en una de ellas tiró con violencia la bicicleta contra la cuneta; el propio líder, Zülle... Era la primera etapa con lluvia y el pelotón no está acostumbrado.
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