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Tribuna:BICHOS DE VERANO
Tribuna
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Arañas

Durante mucho tiempo, en España se creyó que la única manera cierta de detener el curso de una araña, era pronunciando el nombre de San Benito. Afortunadamente, Benito Feijoo demostró en sus Cartas eruditas que se trataba de una quimera sin fundamento: "El caballero pronunció el nombre del Santo y ella se paró. Pero notando yo que había articulado el nombre del Santo en voz muy fuerte y tonante, hice juicio de que acaso todo el misterio estaba en que el estrépito de la voz había aturdido a la araña. En efecto, en voz mediana le hice oír el nombre de San Benito, sin que por eso dejase de seguir su camino; pero pronunciando después otra voz profana en tono esforzado, paró en la carrera". También el error acompaña a la araña de San Fiacrio, que sufre la injusta reputación de ser venenosa. Hasta hace bien poco se pensaba que su picadura podía producir un desvarío mental que duraba al menos tres días, y cuyo único antídoto era pedir la curación a San Fiacrio, el monje celta cuya onomástica se festeja hoy. Y, sin embargo, las únicas arañas europeas cuya picadura puede resultar molesta son la viuda negra y la araña lobo o tarántula. Este nombre proviene del italiano taràntola, derivado de Tàranto, la ciudad del sur de Italia, donde esta especie resulta muy abundante. Cuando una persona había sido picada por esta tarántula, se contrataba a un grupo de músicos que ejecutaban unas melodías muy vivas, llamadas tarantelas, y que el enfermo tenía que bailar hasta caer exhausto, quedando de esta manera fuera de peligro. Sea como fuere, en el caso de descubrir una de estas arañas y de que por sus gestos se manifestase claramente amenazadora, nunca está de más recurrir a la influencia "tonante" de San Benito. Y en el caso de ataque, encomendarse a San Fiacrio, patrón de los jardineros.

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