Corrida de Cuaresma
Se organiza estas corridas para que los fieles taurinos mediten acerca de lo efímero de la gloria frente a la mediocridad reinante.Ayer, no obstante, vimos en el primer toro al Ponce bueno, ese que en casi todas las corridas utiliza el mismo capote, con facilidad y con la interrupción del paso atrás. Tiene Ponce su referencia en Luis Miguel Dominguín, del que es heredero natural. El toro galopaba, le costó templar con la derecha y mejoró en naturales que iba ligando sin moverse del sitio. Como Luis Miguel, altanero, un punto distante y frío, cultivador de la línea recta y capaz de la elegancia práctica, antes que del auténtico compromiso de la profundidad. El toro se fue viniendo abajo y la faena fue demasiado larga. Tiró a asegurar.
Marca / Ponce, Ruiz, Morante
Toros de José Luis Marca, bajos de presentación y de fuerzas, pitones menguantes; el 5º, inválido. Enrique Ponce: estocada desprendida (oreja); estocada contraria -aviso- descabello (petición de oreja y vuelta). Ruiz Manuel: dos pinchazos y estocada (ovación y saludos); tres pinchazos (ovación y saludos). Morante de la Puebla: tres pinchazos, media estocada, dos descabellos -aviso- (silencio); estocada (división de opiniones). Plaza de Almería, 25 de agosto. 6ª de abono. Tres cuartos de entrada.
En el cuarto, perdió las referencias o tomó las de los días de tormenta. Toro alejado por fuera, torero rectificando terrenos, paseos entre series y gran elegancia digna de mejor causa. Al negársele la oreja, se montó el escándalo, agravado por el alguacil que confundió el pañuelo que ordenaba la salida del siguiente toro con una reconsideración presidencial que no se produjo. El segundo fue muy bien banderilleado por Antonio Márquez y Rafael Talaverón. Curro Cruz le dio un auténtico capotazo de oro, recogiendo el toro en los vuelos del capote, mandado desde la cadera. Ruiz Manuel se equivocó: toreó a distancia y perdió el barco; cuando quiso arrimarse, ya era agua. El quinto, inútil de atrás, lanzaba los pitones a los cuatro vientos o, bien, se caía de culo. Ruiz Manuel no encontró la manera y el toro murió de asco.
Tampoco era ejemplo de poder el primero de Morante, que se defendía para tapar la falta de fuerzas y al que el torero no vio sino para intentar robarle algún pase según llegaba. En el último, Morante de la Puebla salió decidido y se equivocó, a pesar de los consejos que, amablemente, le dio Enrique Ponce. Toreó con la izquierda sin mandar y, al usar la derecha, el toro lo mandó por los aires. Esta contrariedad le vino después de doblar en exceso la figura para llevar el toro alejado, a pesar de que con aspavientos, quería indicar lo contrario. No encontró los papeles que había perdido y lo peor es que los buscó. Hoy tiene otra oportunidad: es hora de empezar a aprovechar, si no queremos pensar que el bache es más profundo de lo que en un principio se creía. Los toros de José Luis Marca bajaron mucho en relación a lo que hasta ahora se ha presentado en la feria.
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