Gaspart implica en su junta a más de 80 directivos

A Joan Gaspart, presidente del Barcelona, no le resultó fácil explicar ayer el nuevo organigrama de su directiva para que resultara comprensible. Hasta ochenta personas, de las que sólo 21 podrán ser registradas como directivos, figuran en el nuevo equipo, vertebrado en tres órganos: la comisión delegada, integrada por doce directivos y cinco ejecutivos; la junta directiva, formada por los 21 miembros que admiten los estatutos del club azulgrana; y el consejo directivo, al que pertenecen 85 personas, distribuidas en doce áreas.A excepción de Lluís Bassat, rival de Gaspart en las elecciones de julio pasado, y de los representantes del grupo opositor Elefant Blau, que se integraron en la candidatura de Bassat, el nuevo presidente ha reunido en su junta a los distintos sectores del barcelonismo en un intento de conseguir la unidad del barcelonismo, fracturado entre nuñistas y cruyffistas.

Gaspart entiende, en cualquier caso, que el cartapacio es representativo de cuantas personas han expresado su intención de dirigir al Barcelona, pues incluye a Joan Castells, Gabriel Masfurroll, Jaume Llauradó, Ángel Fernández y a José Martínez Rovira, presidente de Mediaplaning y miembro de la candidatura de Bassat. Otras personalidades como el economista Carles Tusquets o el abogado Joan Laporta, portavoz de Elefant Blau, han sido invitadas a colaborar en el consejo asesor, al que también pertenecerán los expresidentes y exjugadores de la entidad. El nuevo mandatario dibujó un esperanzador futuro barcelonista al tiempo que se mostró respetuoso con el pasado, del tal manera que ha incluido a varios exdirectivos en su junta y anunció que el museo del club llevará el nombre de Josep Lluís Núñez, expresidente que será homenajeado en noviembre.

Gaspart presentó a su nueva junta ayer por la tarde después que los nuevos directivos se hubieran reunido por la mañana en un hotel del Montseny, propiedad del presidente azulgrana. Los dirigentes, que se desplazaron en autocar, definieron las áreas de trabajo e incidieron en la necesidad de hacer operativa una junta muy superior a la que tuvo Núñez (37 directivos) y algo menos numerosa que el Parlament de Cataluña (135 diputados).