Arteta se despide temporalmente de los escenarios

Ainhoa Arteta se despide temporalmente de los escenarios. Su actuación de hoy en San Sebastián será la última que ofrezca antes de dar a luz a su primer hijo, una niña, fruto del matrimonio con el barítono estadounidense Dwayne Croft a quien conoció en 1997 sobre las tablas del Metropolitan Opera de Nueva York. "Voy a colgar las zapatillas para descansar", dijo ayer, y entre risas reconoció que no se quiere arriesgar a que el parto le sorprenda en el escenario. La soprano vive un buen momento profesional y personal. Basta con mirar su rostro sereno y atender a las apreciaciones que hace Ángel Corella. "Ahora tiene una potencia de voz impresionante. No se si será la niña que le está dando la fuerza pero en algún ensayo me ha costado seguirle", reconoció. Arteta escogió los temas del programa y el bailarín ideó sus propias coreografías. "En algún ensayo me he encontrado con que sostiene más la voz de lo previsto. Mis movimientos no cuadraban y me veía obligado a seguir girando y girando", bromea. Arteta cree que el embarazo le ha traído beneficios también en el escenario. "No sé si se me ha ampliado la caja torácica o qué ha pasado pero he notado un cambio importante en mi voz".La soprano retomará su actividad profesional el 29 de octubre en el Carnegie Hall de Nueva York. En su agenda futura, repleta de compromisos, figura también otra propuesta experimental arriesgada por la que afirma sentir más que curiosidad. Tiene previsto trabajar en diciembre con Sara Baras -que también actúa en la presente edición de Quincena Musical- en un espectáculo que propone el diálogo de los lenguajes de la lírica y el ballet español. Arteta se volverá a meter a partir de entonces en la vorágine profesional que ha protagonizado durante los últimos años.