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El juego del gato y el ratón

Francisco Peregil

La lucha eterna

El inmigrante hispano que se ha pasado meses o años ahorrando y planificando su salto a España como presunto turista, al final se la juega en Barajas con respuestas como las siguientes, reveladas por un mando policial del aeropuerto:-¿A qué ha venido usted?

-A ver un partido del Real Madrid.

-Pero si la liga terminó hace dos semanas, hombre.

O bien:

-¿Qué le trae por aquí?

-Los Sanfermines.

-¿Y cómo tiene pensado ir de Madrid a Pamplona?

-En taxi.

Todos ellos, igual que el que declaró que venía a ver la isla de Alicante y otro que pretendía visitar la catedral de Totana, en Murcia, fueron devueltos en el primer vuelo de regreso a su país, aun con la asistencia de un abogado de oficio. Entre cientos de compatriotas, el funcionario los sacó de la fila y ellos respondieron así.

El año pasado los agentes de Barajas rechazaron 5.400 inmigrantes. El 80% de ellos, ecuatorianos y colombianos.

Es la lucha eterna del gato y el ratón. El gato caza en Barajas. Y entonces el ratón decide que hay que entrar por Amsterdam en el territorio de la Unión Europea. El gato protesta ante las autoridades holandesas y pide que se refuerce la vigilancia de los tres vuelos semanales de la compañía KLM entre Quito y Amsterdam. Entonces, el policía español viaja a Holanda e instruye a su compañero holandés en geografía española y otros menesteres. Ocurrió el mes pasado.Hay veces en que el inmigrante utiliza como camuflaje los viajes organizados. "Las agencias turísticas de allí están medio compinchadas. Contratan un viaje de ocho o diez días, pero resulta que sólo han pagado los hoteles de los dos primeros días. A esos los retornamos", señala un policía.

En verano, los viajes organizados están repletos, así que los ecuatorianos han decidido por estas fechas utilizar la ruta por Buenos Aires, con Aerolíneas Argentinas. Más caro pero más rentable. Aunque el gato ya está al tanto.

Todos los ciudadanos de América Latina, a excepción de peruanos, cubanos y dominicanos, pueden entrar en el territorio Schengen sin necesidad de visado. Es muy fácil, por tanto, entrar como turista. La entrada para ellos es legal, la estancia es lo que puede volverse ilegal.

"No obstante, los ecuatorianos no son gente con problemas de tráfico de droga, como muchos colombianos que llegan por aquí", señala el citado agente.

Los agentes de Barajas están convencidos de que mientras países como Ecuador y Colombia atraviesen situaciones tan penosas, ninguna reforma de la Ley de Extranjería evitará el flujo de turistas que vienen a ver la catedral de Totana.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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