El rebujito

Los entendidos dicen que el rebujito es una adecuada mezcla en la que, sin perder la fuerza del alcohol, tiene algunos aditivos que ayudan a soportar la calor, alegra el cuerpo, sin pasarse, y permite, en tiempo de feria, tener una euforia contenida y nada faltona. Incluso, quienes son legos en la materia, se pueden marcar unas sevillanas o malagueñas. Los socialistas andaluces ensayan, en estos días de calores aplastantes, el rebujito que habrán de servir en diciembre, en el congreso regional.Lo cierto es que existe en el mercado muchos rebujitos. Manteniendo la esencia, para que no se pierda el cuerpo o la fuerza, hay quien pretende añadirle un 20% de "cambio tranquilo". La propuesta es del barman oficial, Gaspar Zarrías. A sus otros dos colegas de la "triada", Luis Pizarro y José Caballos, no les desagrada el sabor final resultante, pero quieren cuidar con exquisito esmero, que los ingredientes de esta mezcla no avinagren el trago presente y futuro y hay otros, los que apostaron por el "cambio tranquilo", que quieren que el rebujito de final de la noche tenga más fuerza, ingredientes nuevos, mezclando el "municipalismo" como elemento base (Los Antonios). Hay otros, en fín, que reclaman la coctelera para hacer un rebujito nuevo (Mellado-Román), aunque todos ellos aceptan que el cuerpo, que da fuerza, sabor y cohesión, siga siendo Manuel Chaves.

Será el secretario general de los socialistas andaluces quien, al final, diga los ingredientes que deben mezclarse en diciembre. Nadie le discute su liderazgo. No parece que el porcentaje vaya a ser lo esencial, sino el proyecto para Andalucía al hilo del XXXV Congreso Federal del PSOE. Y para ese proyecto debe buscar las personas, sin etiquetas. José Asenjo, que no optará a cargo alguno en el regional, ha dicho que Manuel Chaves debe tener la mente y el corazón libre para construir el partido socialista en Andalucía sin más ataduras que seguir siendo fuertes, responder a las necesidades del pueblo andaluz y ganar las próximas elecciones. Intentos como los de Román, en Cádiz, o Mellado, en Córdoba y los que surjan de aquí a diciembre, serían rebujitos con demasiada casera y exceso de limón. Y esos no valen ni para la feria de agosto malagueña.