Bocadillos y avellanas
Antonio Cuevas ha adelgazado desde que José Luis Rodríguez Zapatero presentó su candidatura en León el 25 de junio. Desde entonces lo ha seguido por media España preparando el congreso socialista. Cuevas es uno de los diputados del Congreso que ha formado parte del círculo de parlamentarios que se unieron "para elaborar un proyecto de futuro para el socialismo". Él, José Blanco, Enrique Martínez, Jesús Caldera, Trinidad Jiménez, Jordi Sevilla y otros, o sea, el grupo del cruasán, -eso comieron cuando se reunieron en casa de Trinidad para buscar una salida a la crisis socialista- fueron los encargados de sacar adelante el proyecto Nueva Vía, la marca del candidato Zapatero hasta ganar el congreso federal del PSOE.
Cuevas se puso en contacto con Francisco Toscano, el alcalde de Dos Hermanas, para perfilar los apoyos sevillanos que podría tener el nuevo secretario general de los socialistas, y a partir de ahí, comenzaron los encuentros en la capital andaluza entre unos y otros para consolidar el proyecto de cambio.
El diputado ha acompañado a Zapatero por toda Andalucía. Casi siempre viajaban en coche, casi siempre sin dormir, casi siempre sin comer.
"Cuando íbamos en el coche, entre una ciudad y otra parábamos en alguna venta de carretera para comprar bocadillos y avellanas, porque José Luis era el que hacía los discursos en las comidas, y no le daba tiempo a llevarse nada a la boca".
Los parlamentarios se repartieron el trabajo y a Antonio Cuevas le tocó las relaciones con la prensa. Acompañó al candidato en sus primeras entrevistas en la radio. "Cuando decidimos buscar un líder, coincidimos en que fuera José Luis. Tiene personalidad, argumento, frialdad y carisma".
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