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Pujol admite que Convergència pasa por uno de sus peores momentos

Jordi Pujol dibujó ayer un futuro bastante sombrío del partido que preside y admitió que Convergència Democràtica (CDC) atraviesa uno de sus peores momentos desde su fundación en 1975, no sólo por su dependencia del Partido Popular tanto en el Congreso como en el Parlamento catalán, sino también por las continuas desavenencias con sus socios democristianos de Unió. Ayer mismo, el líder democristiano, Josep Antoni Duran Lleida, instó a Pujol a abrir un debate sobre la continuidad del proyecto de Convergència i Unió.

Futuro de CiU

A Pujol le crecen los enanos día a día. Ayer, ante el consejo nacional de CDC -máximo órgano de decisión entre congresos-, el presidente de la Generalitat tuvo que adoptar el papel que le corresponde como máximo dirigente y se esforzó en insuflar ánimos a los cuadros de su partido y torear las distintas sensibilidades políticas que han surgido en pleno debate precongresual. Pero Pujol no escondió la triste realidad: el Partido Popular goza de una ventajosa mayoría absoluta en el Congreso; en Cataluña los conservadores condicionan a su antojo la política de CiU, y Convergència se encuentra inmersa en un más que intrincando debate sobre el futuro de la coalición nacionalista. "Todo junto no deja de confirmar una situación que algunos pueden considerar confusa y otros hasta cierto punto difícil o peligrosa", reconoció Pujol ante los cuadros de CDC. Además, para el presidente existe una clase de "involución españolista" por parte de los conservadores.A pesar de los nubarrones, Pujol se mostró esperanzado sobre la posibilidad de que CiU pueda ganar las elecciones autónomicas de 2003. No obstante, advirtió de que si CDC no juega bien sus cartas, el mismo partido podría ser el causante de esta derrota.

Con el objetivo de ahuyentar malos augurios, Jordi Pujol comentó que la clave del éxito de CDC se basa en haber mantenido su propia identidad. "Sin renunciar a nuestros principios, valores y objetivos, sin perder credibilidad", matizó. "Pueden llevarnos [el PP] a un callejón sin salida en el Parlament. O nos pueden arrinconar en Madrid. Podemos dejar para más adelante nuestros objetivos. Pero no podemos renunciar a ellos. Existe la posibilidad de difíciles campañas políticas y electorales. Pero no podemos renunciar ni a nuestra razón de ser, ni a nuestros objetivos", abundó.

Éste es el camino que a juicio del presidente catalán debe recorrer Convergència contra viento y marea si quiere seguir gobernando en Cataluña. Pero sobre todo, dijo, el partido debe mantener su centralidad política. Una manera de demostrarlo es rechazando un pacto de legislatura con el PP o con Esquerra Republicana y haciendo hincapié ante el electorado de que Convergència no es un partido independentista. "CDC siempre ha sido un partido nacionalista-personalista", subrayó ante el consejo nacional.

Pujol repartió pullas contra el sector más soberanista de su partido y contra el más moderado. Descartó que CDC defienda posiciones independentistas pero también calificó de disparate las voces que en CiU -en clara referencia a sus socios de Unió y a los moderados de Catalanisme i Progrés- abogan por primar las políticas en favor del ciudadano sobre las identitarias de carácter nacionalista. "Es un disparate que no puedo explicarme", afirmó.

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Ante la involución "españolista" del PP, el presidente defendió la necesidad de un rearme de carácter identitario en Cataluña pero evitando, dijo, dos clases de peligro: la radicalización verbal y el vasallaje del "hiperpragmatismo". En este sentido, Pujol lanzó un aviso para navegantes directamente a Unió al manifestar que en Cataluña no caben operaciones como las de Navarra, en referencia a la Unión del Pueblo Navarro que defiende los intereses del PP en esta comunidad autónoma. Algunos dirigentes de CDC creen que el partido de Duran Lleida pretende desarrollar en Cataluña una iniciativa similar a la de Navarra.

Pujol evitó ayer hablar sobre el futuro marco de relaciones que los dos partidos de la coalición deben negociar antes de sus congresos de otoño. "Hoy he venido a hablar de Convergència", precisó. Pero desde la ciudad de Tortosa, en la clausura de la Escuela de Verano de la rama juvenil de Unió, Josep Antoni Duran Lleida reclamó a CDC la apertura de un debate para dilucidar si existe o no un proyecto común entre ambas formaciones políticas. Es decir, "si hace falta continuar juntos", afirmó Duran. El líder democristiano recordó que la unión con Convergència dependerá de la coincidencia del proyecto, porque en caso contrario la coalición se convertiría en "una barca en la que uno rema en un sentido y el otro en el contrario".

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