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Reportaje:VERANO2000

Temporada alta, temporada larga

La explosión que el sector turístico andaluz ha experimentado en los últimos años ha permitido corregir una de sus principales debilidades tradicionales: La estacionalidad. El contraste entre los meses de temporada baja y alta sigue siendo notable, pero ésta no se limita ya a un mes y medio en verano, sino que se ha alargado y existe una tasa de actividad permanente.El movimiento de los hoteles en meses como marzo y octubre es ahora similar a agosto de 1995 y los establecimientos ya no se ven abocados a cerrar en invierno. En enero de 1993, último año de la crisis en el sector, sólo se ocuparon el 28% de las camas. En el último enero esta tasa fue del 35,5%. Con todo, los cuatro meses de verano siguen concentrando el 44% del movimiento hotelero anual de la comunidad autónoma.

El secretario de la federación de hostelería de CC OO en Málaga, Gonzalo Fuentes, reconoce que actualmente puede hablarse "de una temporada alta de ocho meses". Según datos de esta central sindical, ahora sólo el 20% de los 220 establecimientos hoteleros de la Costa del Sol cierra durante algún periodo en los meses de invierno; cuando hace cinco años lo hacían prácticamente la mitad de ellos.

Si se contemplan las estadísticas de forma global, se observa que no existe un reparto equitativo en el flujo de turistas que llegan a Andalucía a lo largo del año; pero si se analiza la evolución de los meses que tradicionalmente han sido considerados de temporada baja se comprueba una evolución espectacular.

En 1995 por primera vez se superó en cada uno de los 12 meses del año el millón de pernoctaciones. En 1999, se sobrepasaron los tres millones de pernoctaciones en los siete meses comprendidos entre abril y octubre, con una punta en agosto de 4,3 millones. Como asegura la Consejería de Turismo y Deportes, no es que haya dejado de existir una diferencia entre temporada alta y baja, que siempre existirá, es que ha cambiado el concepto de temporada baja en cuanto que periodo sin actividad ni rentabilidad.

Para medir la estacionalidad del sector, el Sistema de Análisis y Estadística de Turismo de Andalucía (Saeta), utiliza el índice de Gini, calculado para períodos de 12 meses consecutivos y cuyos valores extremos oscilan entre 0 y 1, según se distribuya el movimiento hotelero de forma más o menos uniforme.

Mientras más bajo sea el valor, menor estacionalidad. En 1994, este índice era de 0,2189; mientras que en 1999 se situó en 0,1914.

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El grado de ocupación media anual de las plazas hoteleras andaluzas ha aumentado en este periodo casi cinco puntos, de 51,5% en 1994 a 56,3% en 1999. Para valorar este dato en toda su dimensión hay que considerar que sólo entre 1996 y 1999 el número de plazas hoteleras en la comunidad autónoma aumentó un 33%.

El aumento en los meses de menor actividad es sensiblemente superior a la media. Así, en el mes de enero se ha pasado de una ocupación del 28,3% al 36%; en febrero del 35% al 43%, y en diciembre del 33% al 39%.

Según las estadísticas de Saeta, el 39,2% de los turistas llegados a Andalucía en 1997 lo hicieron en el tercer trimestre del año, temporada alta, proporción que se redujo hasta el 35,7% en el mismo período de 1998. En el segundo trimestre se concentra el 26,8% de los turistas, en el cuatro el 21,4% y en el primero el 16,2%.

La diversificación de la oferta, con la emergencia de segmentos como el golf en el que Andalucía tiene el liderazgo europeo, y los programas de vacaciones para la tercera edad tanto en España como en países europeos, principalmente Reino Unido y Alemania, y la tendencia a repartir los periodos vacacionales a lo largo del año, son los principales factores que han permitido una mayor actividad turística en los meses tradicionalmente considerados de temporada baja.

Así, los turistas mayores de 45 años son los que muestran un comportamiento menos estacional. Según los datos del año 1998, el mayor contingente de turistas mayores de 65 años, un 30%, se localiza en el último trimestre del año y el menor (14%) justamente en los meses de verano. La tendencia es inversa para los turistas comprendidos entre 30 y 44 años, que en un 39% de los casos prefieren la temporada alta, y sólo en un 13% el primer trimestre.

El reparto más uniforme se localiza entre los turistas cuya edad oscila entre 45 y 64 años -20,2%; 29,4%; 27,9% y 22,5% en cada uno de los cuatro trimestres respectivamente-.

El 43,9% de las pernoctaciones realizadas en los establecimientos hoteleros andaluces en 1999 se concentró en los cuatro meses comprendidos entre junio y septiembre. En 1994, esta proporción fue tres puntos superior. La situación es mucho más equilibrada que en el principal destino turístico español, Baleares, donde los meses de verano concentran el 58,7% del movimiento hotelero anual.

Andalucía es la comunidad autónoma donde más ha disminuido la estacionalidad, aunque sigue lejos de Canarias, que con mucha diferencia es el destino menos sujeto a vaivenes de temporada -el índice de Gini es de 0,0507-. Por delante de Andalucía están también Madrid (0,079) y Valencia (0,1869).

La Consejería de Turismo y Deportes prevé que la estacionalidad disminuya aún más en los próximos años, por un lado porque hay meses en los que ya apenas caben cuantiosos aumentos de la demanda, y por otro porque la tendencia del mercado europeo en los últimos años pone de manifiesto que los viajeros actuales prefieren realizar vacaciones más cortas y más frecuentes.

De hecho, en los dos últimos años, los mayores incrementos en el movimiento hotelero se vienen produciendo en el primer semestre y, de forma muy especial, en el mes de enero, con un aumento del 21%. Los turistas menos estacionales son los británicos y los españoles; mientras que los más fieles a la temporada alta son los franceses, italianos, belgas, alemanes y portugueses.

Hoteles abiertos todo el año

El secretario de la federación de hostelería de CC OO en Málaga, Gonzalo Fuentes, asevera que "hoy ya no hay motivos que justifiquen el cierre de hoteles en invierno". Fuentes recuerda los primeros años de la década de los noventa, en los que la mitad de los hoteles de la Costa del Sol cerraban sus puertas entre noviembre y marzo y en los que el sector conoció un fuerte proceso de reducción de empleo. Ahora, afirma, hay establecimientos que siguen cerrando "exclusivamente por motivos laborales", para evitar que los trabajadores se conviertan en fijos. "Hay hoteles que podrían tener clientes, pero prefieren cerrar y mantener dos meses en el desempleo a sus trabajadores". Según CC OO, debería existir una normativa que regule cuándo un hotel debe ser o no considerado de temporada para evitar ese tipo de prácticas empresariales que denuncia. Ahora, cualquier establecimiento puede cerrar con una previa comunicación a la Consejería de Turismo y Deportes.Fuentes reconoce que la bonanza turística de la Costa del Sol "no tiene precedentes". Desde 1994, el número de pernoctaciones en la zona se ha incrementado en un 59% hasta casi alcanzar el año pasado los 14,5 millones. El año pasado, los hoteles de la provincia de Málaga superaron el millón de pernoctaciones en siete de los 12 meses del año (entre marzo y octubre), dato que no tiene precedentes en la historia. La provincia que más se acerca es Cádiz, que en agosto alcanzó 681.000 pernoctaciones, mes en el que la Costa del Sol sobrepasó 1,888 millones.

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