Bernat, Maria i Gràcia
Tan fecunda es la Ribera que cien años antes de ser cristiana ya producía mártires: Encara no és nat i ja li diuen Bernat. Y, de paso, se santificó media comarca. Hoy, fiesta de san Liborio, contra los males de la orina (Puix teniu molt art curatori/ de pedra i de mal d'illada, deslliureu-nos, sant Libori) y sant Pol, que hablaba con los cuervos, los heraldos de su homónimo Apolo, Carlet peregrina a la ermita de sant Bernat, pues allí habrían nacido moros Ahmet (1135), Zaida y Zoraida. Ahmet fue enviado como improbable embajador a Barcelona, o a cobrar el oro catalán o a pagar la plata andalusí para no ser conquistados; pero él si que fue captado por los dulces cantos monacales y renunció a Satanás, obras, pompas y perversiones y, convertido en dom Bernat, adquirió en Poblet la condición de cristiano, monje y catalán, por vivir, orar y trabajar en aquel principado de condes; con esas credenciales volvió y bautizó como María y Gracia a sus germanetes en el levítico Guadassuar -Algemesí, Roma, Vassuar, el Vaticà-, pero entonces tan beato de agarenía que "no teniéndose por seguros del nublado que sobre ellos había de descargar Almançor (el hermano mayor, muy tragasantos de lo suyo) caminaron hasta Alzira" (Escolano, 1611); huyendo, "las metió en una fragura de matizales" (Viciana, 1564), cerca de Al-Yazirat y allí perdieron la cabeza todos tres, pues, si bien el Corán manda no hacer "violencia a causa de la fe" y disputar "amigables" con los cristianos, ya que "adoramos al mismo dios", a los pobres les aplicaron las suras que castigan con la muerte la apostasía del Islam. Gracias al protomartirio de estos prevalencianos el Cister obtuvo grandes ventajas y Alzira, fiestas mayores y pervivencia Si no fóra/ per Bernat, Gràcia i Maria/ algun dia dirien:/ Ací estava Alzira.
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