El descontrol del IPC obliga a elevar el objetivo anual
Combustibles, turismo y alimentos disparan los precios hasta el 3,4% en junio, el nivel más alto desde octubre de 1996
Por encima del 2,5%
Los precios se han vuelto a disparar en junio, hasta el 3,4% respecto a un año antes, y el equipo económico del Gobierno se ha rendido por fin a la evidencia de que el 2% para final de año es inalcanzable. El nuevo objetivo superará el 2,5% y se hará público el primer viernes de agosto, última reunión del Consejo de Ministros antes de las vacaciones.El dato de junio ha sido tan malo como inesperado. Los analistas preveían un aumento mensual de una o dos décimas, y ha resultado ser de un 0,3% en relación a mayo, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es el mayor incremento para el mes de junio desde el correspondiente al año 1991.
Tocando techo
La inflación de los últimos doce meses se eleva así hasta el 3,4%, la tasa más alta desde octubre de 1996 (3,5%), y se sitúa muy por encima del 2,2% en que se encontraba hace un año. En la primera mitad de 2000, el IPC acumulado ha escalado ya hasta el 1,8%. Las gasolinas, los alimentos frescos y el turismo, son los principales causantes.
El secretario de Estado de Economía, José Folgado, admitió ayer que el 2% a final de año "es muy difícil de lograr". Aunque los analistas ya lo daban por perdido hace meses, Economía ha aguantado el tipo hasta ahora, a la espera de que se cerrasen la mayoría de los convenios del año.
Los salarios se han pactado con una subida media del 2,8% (un 3,1% si se incorpora la revisión por la desviación de precios en 1999); es decir, se garantiza la moderación al menos de aquí a final de año. El principal riesgo ahora, según los responsables de Economía, es que los empresarios revisen sus precios bajo el síndrome de una inflación descontrolada.
Los servicios de estudios de los principales bancos y los expertos han revisado al alza su previsión para final de año, y la sitúan en torno al 3%. El Ministerio de Economía no llegará a tanto en su nuevo objetivo, pero éste superará el 2,5%, porque se estima que en junio la inflación ha tocado techo y ahora empezará a bajar.Es la segunda vez desde que Gobierna el PP (año 1996), en que el equipo que dirige el vicepresidente Rodrigo Rato, da su brazo a torcer y revisa el objetivo de inflación. Sucedió por primera vez el pasado año, después de haber conseguido en ejercicios anteriores una inflación más baja de la previsto. Para 2001, los Presupuestos se preparan, otra vez, con el objetivo del 2%.
En lo que sí coinciden los analistas y Economía es en que el 3,4% alcanzado en junio es un punto máximo a partir del cual cabe esperar retrocesos. Pero lo cierto es que eso mismo se dijo en meses anteriores, y los precios no han hecho más que acelerarse desde hace un año. La clave está en cómo evolucionen los precios de la energía, que aún pueden dar algún susto.
Parece probable que las gasolinas suban una o dos pesetas de cara al mes de agosto, el de mayor demanda del año, y no se descartan tensiones en el abastecimiento de combustible para calefacción el próximo otoño. Sólo en el mes de junio, el capítulo de carburantes y combustibles ha registrado un alza del 2,3%, y de un 22,6% en los últimos doce meses.
Lo normal es que, aunque el precio de las gasolinas suba más todavía, no lleguen a producirse los incrementos tan fuertes de los últimos meses. Habrá un efecto escalón, ya que los precios de las gasolinas empezaron a desbocarse en julio del pasado año. No cabe esperar descensos, pero tampoco -por comparación-, incrementos tan fuertes como los habidos hasta ahora.
En conjunto, los precios de los productos energéticos -incluyen carburantes y combustibles más electricidad- subieron en junio un 0,9% respecto de mayo y un 16,5% en el último año. Esta evolución explica un tercio de la inflación en ese mes. Otra parte importante corresponde a los alimentos frescos, ya que han bajado un 0,1% en junio, mientras que el pasado año lo hicieron un 1,8%.
La causa fundamental es el precio de la patata, que ha subido un 0,7% en junio, cuando hace un año había bajado un 26%. Ha sido algo excepcional, por lo que cabe esperar que los alimentos frescos vuelvan en julio y agosto a registrar aumentos similares a los del pasado año.
Se refuerza así la idea de que la inflación está ahora en un máximo, aunque con una férrea resistencia a moderarse. Es lo que ha ocurrido en junio con la inflación subyacente (sin alimentos frescos y sin energía), que se mantiene clavada en el 2,3%, tras subir dos décimas respecto de mayo. Y no sube más porque el precio del aceite ha bajado un 3,3% en junio y un 10,6% en el último año.El núcleo duro sigue en el sector servicios, con una subida del 0,4% en junio y del 3,5% en los últimos doce meses, una décima más que en mayo. Sobre todo, por el capítulo de turismo y hostelería, con una subida mensual del 0,9% y un 4,4% en el último año, lo que ha inyectado una décima al IPC general de junio.
Los sindicatos valoraron estos resultados como muy preocupantes e instan al Gobierno a revisar al alza su objetivo de inflación para este año. CC OO acusó al Gobierno de limitarse a bajar la fiscalidad de las rentas del capital y de no hacer nada para evitar "el abuso empresarial en la fijación de precios. UGT, por su parte, calificó de "ineficaces" las últimas medidas liberalizadoras del Gobierno.
La CEOE, sin embargo, culpó al repunte de los precios del petróleo y señaló que el dato de la inflación subyacente es "positivo y esperanzador". La patronal catalana Fomento del Trabajo pidió, por su parte, que sea la inflación subyacente la referencia para la negociación salarial.
El PSOE insistió en que la inflación "está descontrolada" y acusó al Gobierno de "querer ocultar el problema y mirar hacia otro lado". El PP admitió lo "preocupante" del dato de junio pero pidió que no se generen "alarmismos".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.