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EUROCOPA 2000

Cuatro técnicos no seguirán al frente de sus selecciones

Cada competición tiene sus víctimas, pero cada condena responde a sentencias distintas. Entre la dimisión del seleccionador alemán Erich Ribbeck (sustituido por Voeller hasta la llegada de Christoph Daum) y la del holandés Frank Rijkaard, media un abismo. Alemania sucumbió a su cultura futbolística y a los errores del seleccionador, que anticipó su dimisión a la inminente destitución. Rijkaard fue la víctima de su propia autoexigencia: "Nuestra obligación era ganar la Eurocopa y no lo hemos conseguido. Por lo tanto, presento mi dimisión", dijo tras la derrota frente a Italia y se fue.Son los dos extremos de un torneo que se mide con distintos raseros. El accidental y celebrado seleccionador portugués Humberto Coelho ya había anunciado al presidente de su federación que no renovaría el contrato, que vencía al término de la Eurocopa, al margen de lo que ocurriera en el torneo. Tras la eliminación en semifinales, anunció su dimisión sin levantar la voz, como un acto cotidiano inevitable. El hecho de que Portugal sedujera a media Europa con su fútbol no alteró la pesonalidad del entrenador más entrañable del torneo. A diferencia de Rijkaard, que se había puesto como meta el máximo listón, Coelho no tenía objetivo que trascendiera a su propio argumento personal.

El éxito tampoco le perdonó al seleccionador turco Mustafa Denizli. Con él debutó Turquía en la máxima competición europea y con él alcanzó los cuartos de final. Pero Denizli también ha caído (entrenará al Fenerbahce), y será sustituído por Senol Gunes, ex portero del Trabzonspor y de la selección.

La distinta gestión del éxito y del fracaso ha mantenido, sin embargo, a Kevin Keegan, tras un fracaso rotundo de la selección inglesa. Keegan ha fallado personalmente (sus decisiones deportivas han dejado mucho que desear) y se ha mostrado reacio a la modernización del fútbol inglés. Sin embargo, la federación inglesa le ha ampliado el margen de confianza. Otros seleccionadores se encuentran en el ojo del huracán: Ienei (Rumania) y Boskov (Yugoslavia) acumulan un nivel de discusión que puede afectar a su estabilidad de forma inmediata. De Noruega y Dinamarca no hay noticias. El fútbol nórdico se rige por criterios distintos y escapa a cualquier estándar de responsabilidad en el éxito y en el fracaso.

Camacho sigue

España se ha quedado a mitad de camino. Camacho había anunciado que un fracaso de la selección significaría su renuncia al cargo. El acceso a cuartos de final ha resuelto el asunto. España no ha hecho ni más ni menos que otras veces, por lo que no parece probable que Camacho presente el día 14 un informe con decisiones drásticas. España sigue igual.

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