Los inmigrantes magrebíes de vuelta a Argelia sufren esperas de hasta 24 horas en el puerto de Alicante

La primera gran avalancha de inmigrantes magrebíes que trabajan en los países de la Unión Europea y que utilizan el puerto de Alicante para viajar hasta sus países de origen en las vacaciones estivales, ha superado este fin de semana el dispositivo especial dispuesto por la Administración española para facilitar el tránsito. La operación Paso del Estrecho funciona a pleno rendimiento, pero el tiempo de espera para embarcar en el ferry que conecta con Orán superaba ayer las 24 horas para quienes no tenían reserva, con las consiguientes molestias para las familias que, cansadas, llegan hasta Alicante por carretera después de recorrer en ocasiones miles de kilómetros.Pese a que las instalaciones portuarias acogen servicios especiales de asistencia, aseos, duchas, atención médica, áreas de descanso con sombrajes y hasta una ludoteca para entretener a los niños, los afectados reclaman más embarcaciones para dar cobertura a la demanda de pasajes, que crece cada año. Pasar un día completo en el muelle 14 no es plato de buen gusto, e irrita especialmente cuando la consecuencia es un día menos de vacaciones con la familia que espera en el destino del viaje.

Los pasajeros que atenderá la operación Paso del Estrecho superarán este año los 140.000, según las previsiones anunciadas por la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Carmen Mas. La inmensa mayoría embarcan con sus vehículos, que serán unos 30.000 según las mismas fuentes. Las cifras iniciales anuncian un aumento del pasaje entre 10 y 15 puntos con respecto al año pasado. El operativo especial se activó el 15 de junio, y se mantendrá hasta el 15 de septiembre, cuando el grueso de inmigrantes magrebíes ya habrá regresado de sus vacaciones. El servicio de vigilancia y seguridad está integrado por 58 guardias civiles, 16 agentes de la Policía Nacional y una treintena de guardamuelles. A éstos se suman dotaciones sanitarias de Cruz Roja y voluntarios.

Tras iniciar las vacaciones el viernes, la primera avalancha de usuarios se produjo el fin de semana, durante el cual se han repetido las escenas que cada año intenta evitar la Administración dificultando el acceso a las instalaciones portuarias de los medios informativos. Familias enteras echadas en tierra junto a su vehículo para velar por sus pertenecencias, a la espera de poder embarcar, es la tónica general.