Los bosques de las Gavarres, objeto de un plan piloto contra los incendios
El macizo de las Gavarres, con una extensión boscosa de unas 35.000 hectáreas, es uno de los más temidos polvorines forestales de Cataluña; de ahí que el Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat haya iniciado en el macizo una experiencia piloto de prevención de incendios que comporta la restricción de paso de vehículos por las pistas forestales más peligrosas. Si los resultados de la experiencia son positivos, se extenderá a toda Cataluña durante próximas campañas.
La compañía eléctrica Fecsa-Enher ha intensificado también las medidas de prevención de incendios forestales consistentes en podas bajo el tendido y termografías aéreas para detectar los puntos calientes de las redes eléctricas.Las limitaciones de paso en las Gavarres, que serán aplicadas por los Mossos d'Esquadra, no afectarán a los propietarios forestales ni obstaculizarán las tareas agrícolas.
Las medidas de restricción de las Gavarres afectarán a unos 25 kilómetros de caminos, entre los que se encuentra la pista forestal que cruza el Puig d'Arques. Atendiendo a las actuales previsiones meteorológicas, el calendario aconseja la restricción circulatoria entre el 15 de julio y el 15 de agosto, fechas que enmarcan la coincidencia entre las altas temperaturas y la poca humedad. Los promotores de la iniciativa advierten que pretenden tanto la protección del medio como la seguridad de las personas. El consorcio forestal que agrupa a los propietarios de las zonas boscosas de Cataluña considera positiva la medida, aunque ha advertido que, más que prohibiciones, se necesitan mayores medidas preventivas y más inversiones.
El alto riesgo de incendio forestal también ha puesto en alerta a la compañía eléctrica Fecsa-Enher, que durante este año tiene previsto invertir unos 5.450 millones de pesetas en la poda arbórea y la mejora de las líneas de Cataluña que entrañan mayor riesgo de incendio.
La compañía presentó ayer su campaña de prevención de incendios forestales, en la que destaca el uso de un helicóptero que realiza termografías aéreas para detectar los puntos calientes de los tendidos eléctricos. Esta tecnología permite localizar, mediante una cámara de rayos infrarrojos que realiza barridos de la red, las zonas vulnerables susceptibles de originar un incendio. La situación de estos puntos, localizados mediante GPS y fotos aéreas, se comunica a los operarios terrestres, que llevan a cabo las intervenciones correctivas.
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