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¡Que vivan las novias!

Teresa Cano (Elche, 1979) y Loli Sevila (Sevilla, 1976) se casaron ayer en Alicante. Fue una boda civil, oficiada por dos concejales de NE y del PSPV. Hubo anillos. Arroz. Tarta. Padrinos. Marcha nupcial. Todos los ingredientes de una boda. Pero Teresa y Loli son dos mujeres, y en España su matrimonio carece de validez. Da igual. Ellas se besaron al término de la ceremonia como si les esperara un piso amueblado y un viaje de novias a Bali. Su boda fue un acto de reafirmación del amor, pero también de reivindicación del derecho de los homosexuales a casarse, que no reconoce la legislación española.Ayer se celebró el Día del Orgullo Gay, y la boda, celebrada en la plaza de la Santa Faz, era uno de los actos convocados por la coordinadora de gays y lesbianas Arco con motivo de la efeméride. "Lo único que queremos es que se nos reconozcan los mismos derechos que los heterosexuales. Tener derecho a la herencia, a la adopción. No pedimos más ni queremos menos. Sólo lo mismo", señalaban Sevila y Cano.

El evento se retrasó por la tardanza de uno de los padrinos. Se trataba de Josep Fuster, presidente de Arco en Alicante, que además traía los anillos. La música de Mónica Naranjo que se escapaba por la puerta del discobar Forat, veterano del ambiente alicantino, amenizaba la espera. Cuando Fuster llegó, azorado pero de punta en blanco, la comitiva se metió en el local. Los aullidos del huracán Naranjo dieron paso a una serie de boleros que se diluyeron en los acordes de la marcha nupcial. Y aparecieron las novias bajo el toldo de los colores del arco iris (símbolo internacional de la homosexualidad) que da la bienvenida a quien desea ser bienvenido en el Forat. Cano iba del brazo de Fuster y Loli acompañada por su amiga María Teresa Riquelme. Ambas llevaban sendos ramos de margaritas. Detrás, los ediles Pablo Rosser, de NE, y María Dolores Rodríguez, del PSPV.

La ceremonia discurrió por los cauces protocolarios. Rodríguez introdujo la ceremonia poniendo de manifiesto el atraso que suelen sufrir las leyes respecto a los avances de la sociedad. "Si no hay ninguna ley que impida vuestro amor, tampoco debería haber ninguna que impidiera vuestro matrimonio", dijo. La edil abundó en la vertiente legalista de su discurso cuando leyó los artículos 66, 67 y 68, que detallan las obligaciones y derechos de los cónyuges y dijo: "Ésta debería ser una unión legal". Rosser fue más literario. Empezó citando el amor y la libertad como dos características básicas del ser humano y mencionó palabras de Fernando Savater para decir que "ser humano consiste básicamente en tener relaciones con otros seres humanos". El final fue para unos versos de Pedro Salinas que Sevila escuchó con los ojos cerrados. "Sed felices, aunque nadie os haya dado permiso para serlo", fue el último consejo de Rosser a la pareja antes de casarla con la fórmula oficial, ligeramente modificada: "Por virtud de vuestro consentimiento y de las facultades que deberían atribuirme las leyes, os declaro unidas en pareja".

Llegó la lluvia de arroz y aparecieron dos tartas (una con dos muñecas vestidas de novia y otra decorada con Teletubbies de los colores del arco iris). Las novias son estudiantes y tendrán que seguir viviendo en casa de sus padres, pero ayer estaban radiantes por haberse atrevido a dar un paso adelante para conseguir, en sus propias palabras, "que nada se sobreentienda, que la gente se acostumbre a saber que existimos".

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