La Defensora del Espectador de Antena 3 lamenta la escasez de medios que ha tenido

Antena 3 creó en 1997 la figura del Defensor del Espectador y encomendó a Consuelo Álvarez de Toledo la tarea de velar por los derechos del consumidor televisivo y de canalizar sus quejas. Tras ser nombrada consejera de RTVE, la periodista ha abandonado el cargo. Y lo ha hecho con un sabor agridulce. Asegura que su tarea ha sido satisfactoria "pero también frustrante" y lamenta la precariedad de medios con los que ha trabajado. Sobre todo desde que hace un año solicitó el relevo al presidente de Antena 3, José María Mas. "Soy muy terca y el resultado ha sido bueno, aunque creo que hay que rectificar los métodos de trabajo", confiesa. Sus criterios han tenido poco peso a la hora de quitar y poner programas en una parrilla confeccionada ante todo para ganar audiencia y ofrecer beneficios. "Respeto mucho los resultados económicos en una empresa privada", dice. Su figura fue, sin embargo, esgrimida para eliminar espacios como La sonrisa del pelícano.

"Siempre es útil que en una cadena de televisión haya alguien que intente mejorar la programación y atienda a los espectadores", asegura Álvarez de Toledo. Opina que sólo un organismo con las funciones del Consejo Superior de lo Audiovisual francés será eficaz a la hora de proteger a la infancia, promover la igualdad entre los sexos, evitar contenidos racistas o respetar la intimidad. "Son cuestiones de derecho general, y para fijar la oferta de una cadena es fundamental que se respeten esos derechos humanos", argumenta. Su cargo, de momento, está vacante.