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Circo para ciegos

Con los niños nunca se sabe, les das una idea y te montan un circo. Eso es lo que le ocurrió a la profesora de inglés del colegio público sevillano San Ignacio de Loyola, Ana María Carrasco, -que también imparte música- cuando le propuso a sus alumnos de 3º de Primaria (entre 8 y 10 años) que escribiesen un guión cinematográfico para participar en el concurso nacional convocado por la ONCE bajo el lema Cuéntanos tu película.Se trataba de inculcar al alumnado, y de transmitirle a la sociedad, un mensaje favorable a la integración social de las personas con deficiencia visual. Había que inventarse una historia en la que una persona ciega, al menos, tuviese participación. Y eso es lo que hicieron Andrés Freilos, Manuel Pinto, Ezequiel Rivas y Francisco Moreno. Entre los cuatro organizaron un circo. En él, un domador de leones sufría un accidente y perdía la vista. "Claro, si estaba ciego", explica Ezequiel "los leones tenían que seguirle por la voz, por eso pudo seguir trabajando". "Lo importante" añade su compañero Andrés, "es que, de repente, se dio cuenta de que los niños ciegos no podían ir al circo porque, como ahora él, no veían..." Y los cuatro pensaron que el domador tenía que hablar con los payasos, con el resto de los domadores, con los acróbatas, con los de la orquesta... "¡Y organizaron un circo nuevo en el que los niños podían tocar con las manos a los artistas y a los animales!", concluye Manuel, que hasta ese momento permanecía callado.

Esta nueva forma de hacer circo tuvo tanto éxito que no sólo venían a verlo "y a tocarlo" los niños, sino también los mayores. ¡Y todos los días se llenaba! Quizá por eso la ONCE les ha dado el primer premio nacional en su categoría. No está mal si se tienen en cuenta que en esta XVI edición han participado 3.500 colegios, con más de 400.000 alumnos.

Pero, para llegar a hacer el guión de esta historia, antes hubo una tormenta de ideas. A Manuel (hoy ausente por estar ya de vacaciones) se le ocurrió proponer una película con un señor ciego al que le regalaban un coche con unos sensores especiales. "Demasiado riesgo... Puede provocar un accidente", opinó el resto del equipo Los Leones, que así es como decidieron llamarse los ganadores.

En otro equipo de guionistas se "trajeron" a un niño marroquí ciego y lo integraron con éxito en una familia española. Y hubo quien, en un deseo de reflejar la realidad social, propuso que una joven paya y un chico gitano se enamoraran. Al principio -se lee en el guión- fue difícil, pero cuando la joven se quedó ciega y el amor se mantuvo, ambas familias cedieron y fueron todos felices.

Son cosas de niños, pero tan reales como la vida misma. Ana María Carrasco lleva promoviendo ocho años ya la participación de sus alumnos en este concurso. "Lo verdaderamente importante", dice, "es que durante los tres meses que trabajamos para concluir los guiones, los alumnos desarrollan valores como los de la solidaridad, o el del trabajo en equipo. Aprenden a equivocarse, a respetarse y a ceder. Y reconocen y comprenden que hay personas diferentes a ellos". Luego les deja hacer. Así ha conseguido que de los 180 alumnos que hay en el centro, participasen 60.

Ana María añade otro matiz. "Es fundamental que un colegio público, de un barrio humilde, haya ganado. Es un estímulo muy importante para ellos". Mientras tanto, Los Leones sueñan con ver las imágenes que ahora tienen en la cabeza, hechas realidad. Quizá, algún día monten un circo.

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