Habrá más cambios
El calor sofocante, superior a los 30 grados, obligó a retrasar una hora el entrenamiento de ayer, que comenzó a las siete de la tarde. Mientras pudieron, los suplentes de España trabajaron a la sombra durante más de una hora, bajo la supervisión de Camacho, y los titulares practicaron aparte, con ejercicios de recuperación y mantenimiento, dirigidos por el preparador físico Carlos Lorenzana. No se pudo advertir, por tanto, el plan de Camacho para el partido de mañana contra Yugoslavia. Hay indicios, sin embargo, que apuntan a posibles novedades, como podría ser la entrada de Sergi y también la sustitución de Valerón, que no de Guardiola, mientras Cañizares se mantendría como portero. El dibujo de la línea de centrocampistas parece preocupar más al seleccionador que el referéndum abierto sobre el medio centro, de manera que Helguera, Gerard y Engonga pueden tener opciones, e incluso Raúl podría jugar de enganche para que Urzaiz entrara en ataque. El asunto está en si España jugará con un doble pivote o recuperá el rombo. Camacho dirigirá hoy el entrenamiento en el escenario del encuentro de mañana, el estadio Jan Breydel de Brujas, y puede que descubra la alineación. El estrés se ha convertido en el culpable, según los técnicos, del mal juego de la selección.La Federación española, mientras, organizó ayer un almuerzo con la prensa y los presidentes de clubes, de las federaciones internacionales, comités de árbitros y demás invitados -hasta 75 en total- que viajaron el pasado fin de semana en un vuelo charter a Amsterdam. En la comida, organizada por Galicia Calidade, uno de los patrocinadores de la selección, Villar se enfadó cuando un periodista le preguntó quién pagaba el ágape y el viaje de la expedición: "Yo las cuentas las tengo que pasar ante la asamblea del fútbol español", respondió.
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