La FIBA expulsa a los clubes que han creado la Euroliga y divide al baloncesto
La Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) decidió ayer en Múnich expulsar de su seno a los clubes que han creado la Euroliga y al organismo que los representa, la Unión de Ligas Europeas (ULEB). La decisión supone la escisión de la Copa de Europa. La FIBA convenció al Panathinaikos, campeón de Europa, para que continúe en el torneo oficial, la Suproliga. Borislav Stankovic, secretario general de la FIBA, justificó la sanción: "Los clubes", dijo, "han dado un golpe de estado", aunque no descartó una posible solución.
La FIBA castiga de esta manera a los clubes más poderosos, que son los que forman la ULEB, por haber creado la Euroliga organizada al margen de la federación internacional. En esa nueva Euroliga participarán los clubes más importantes de Europa, como el Barcelona, el Real Madrid, el Tau, el Estudiantes -el Caja San Fernando figura como reserva-, el Olympiakos, el AEK, el Paok, el Fortitudo y el Virtus de Bolonia, el Benetton de Treviso, el Varese, el Verona, el Cibona Zagreb, el Zalguiris Kaunas y, posiblemente, el Francfort.También debería estar en esa competición el Panathinaikos, vigente campeón, pero según la FIBA, el club griego está inscrito en la competición que organiza, la Suproliga. El plazo de inscripción para esta competición finaliza el 30 de junio. Por el momento han formalizado su inscripción 16 clubes de los 24 que deben completar la competición de la FIBA. Además del Panathinaikos, la Suproliga cuenta con el Alba Berlín, el Maccabi Tel Aviv, el Maccabi Raanana, el Villeurbanne, el Pau Orthez, el Efes, el Ulker, el Rytas de Vilnius, el Zadar, Novo Mesto, Buducnost, CSKA Moscú, Slask Wroclaw, London Towers y Sunair Ostende.
La ULEB, presidida por Eduardo Portela, también presidente de la Asociación de Clubes Españoles (ACB), ha creado la nueva Euroliga al margen de la FIBA porque los clubes desean un mayor poder de decisión y de gestión y porque la federación internacional, sin tenerlos en cuenta, vendió sus derechos de televisión a la firma suiza ISL a cambio de unos 20 millones de dólares, unos 3.800 millones de pesetas. Hasta ahora cada club gestionaba por su cuenta sus derechos de televisión. La ULEB ha presentado un nuevo contrato por el que los clubes se repartirán un mínimo de 35 millones de dólares por año durante un periodo de cinco años, aunque los clubes todavía deben decidir si aceptan este contrato o si bien cada uno gestiona sus derechos.
La ruptura con la ULEB no acarreará ninguna sanción para los jugadores y técnicos de los clubes que han decidido gestionar su propia competición europea, la Euroliga. Para los árbitros, sin embargo, la situación es bien distinta. Todos aquellos árbitros que dirijan encuentros de la competición apadrinada por la ULEB y los campeonatos profesionales serán automáticamente descalificados en el ámbito de la FIBA, tanto en torneos de clubes como de selecciones nacionales.
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