_
_
_
_
EUROCOPA 2000

Un fútbol hueco

Ramon Besa

Una jugada tonta, de portero a portero, interrumpida por la cabeza del ariete, decidió una tontería de partido. El gol le dio la razón a Noruega, que defendía que para ganar un partido puede bastar una falta lateral o frontal, o un córner, frente al fútbol asociativo que abandera España, nuevamente comida por la flojera del debut. A diferencia de las selecciones favoritas, el equipo de Camacho fue incapaz de sobreponerse a un estreno. Le faltó liderazgo y experiencia, nada nuevo en un plantel en el que la media de partidos internacionales es inferior a la veintena. Hierro es el único que sobrepasa los 70, mientras Raúl y Guardiola no llegan a los 40. Tres futbolistas que ayer no pudieron vertebrar el juego de un equipo que se ha quedado seco después de ser el más fecundo en la clasificación.Hierro ejerció un buen control del juego defensivo. Acudió al encuentro de cuantos balones aéreos colgaron los noruegos, salvo en el del gol, en el que Molina había pedido la pelota, y en uno cruzado que escupió el larguero. La colocación, la experiencia y la altura le eximieron de esfuerzos inútiles y de jugarse el uno contra uno. Ofensivamente le faltó salida y repicó demasiado sus pases largos buscando a Urzaiz. En el arranque del segundo tiempo avanzó un paso y el equipo tomó aire hasta el tanto de Noruega.

Más información
Sólo Hierro estuvo a la altura de su prestigio

Guardiola no encontró la línea de pase y, consecuentemente, a España le faltó hilo para coser su fútbol. Tocó y tocó para ganar muy pocos metros y conectó poco con Raúl, y menos con los dos volantes. No se abrió la cancha ni se movió a Noruega, que defendió siempre con nueve jugadores detrás del cuero. El equipo ha perdido profundidad por banda y le cuesta jugar en ataque estático. Los españoles sólo recibieron la pelota en las zonas blandas del campo. La combinación Guardiola-Valerón, por lo demás, no acaba de cuajar en los partidos peludos, quizá porque el rojiblanco no sabe dónde ponerse. O se solapan o no toman la distancia adecuada, de manera que el fútbol sale previsible, la ejecución de la jugada es lenta y falta ritmo y garra. A falta de una buena circulación del balón y sin despliegue físico, España no hace daño. Parece un equipo fatigado, sin capacidad para desbordar, con poco vigor y agresividad. Un fútbol hueco, que perjudicó principalmente a Raúl.

La pelota viajó siempre de mala manera. El toque sale cobarde, el pase se queda corto, la bola bota sin ton ni son, y así resulta difícil recibir en la zona de definición. Raúl no aceleró ningún pase, jugó casi siempre de culo, porque le flotaron tres y cuatro noruegos, y cuando se desmarcó y perfiló para rematar, especialmente en tres ocasiones, no encontró portería.

El resultado y, sobre todo el fútbol rudimentario aplicado por los noruegos, hizo sangrar más al equipo español por la derrota, que llegó por la misma vía que hace dos años en el Mundial de Francia-98. En los porteros -entonces Zubizarreta y ahora Molina- recayó la desgracia e impotencia de todo el grupo. No hay manera de que el equipo remonte, se sobreponga a la adversidad, y también a la fatalidad.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_