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EUROCOPA 2000La jornada de hoy

Los Neville, la mejor arma lusa

Portugal, una selección que pierde jugando bien, e Inglaterra, que pierde por penaltis, no se encuentran entre los grandes favoritos para ganar la Eurocopa. Pero si uno de los dos la ganase esta vez causaría menos sorpresa, por ejemplo, que cuando salió campeón Dinamarca en 1992. Es decir, que aunque Portugal parece tener una selección con mucho toque pero poca garra, e Inglaterra una con mucha garra y poco toque, todo es posible en el fútbol. Y, como sabemos, una vez que empieza un torneo de esta envergadura los resultados en los partidos amistosos más recientes, o el nivel de juego durante la fase de clasificación, no cuentan para mucho. De repente ocurre un milagro: tras un buen resultado, de esos que nadie espera, aumenta la confianza y un equipo que no acababa de cuajar descubre recursos que no sabía que tenía.Hoy lo más lógico sería un empate, pero si Portugal gana de manera contundente, los jugadores se creerán que se lo pueden ganar todo, y otros lo creerán también. Igualmente si el inglés Owen marca un hat-trick y lleva a su equipo a la victoria el país que inventó el fútbol podrá empezar a soñar con algo que no sea la nostalgia. Con Sa Pinto entre algodones, aunque podría llegar a tiempo, y Pauleta suspendido, Portugal dependerá aún mas de lo habitual en el genio de Luis Figo. Los ingleses están preocupados. No se trata sólo de que consideren que Figo sea el mejor jugador portugués desde los tiempos del gran Eusebio, el mejor jugador del Mundial que ganó Inglaterra en 1966, sino que los dos puntos más débiles de la selección inglesa son los hermanos Neville, los dos laterales.

Kevin Keegan, el seleccionador inglés, es un personaje tan crónicamente vacilante que nunca se sabe, pero todo parece indicar que hoy apostará por un 4-4-2 con Phil Neville de lateral izquierdo y Gary Neville en el lado derecho. Phil es un jugador voluntarioso, como tantos en la Liga inglesa, pero no es zurdo, no tiene pase y no es siquiera titular en el Manchester United. Figo podría jugar hoy contra él uno de los partidos de su vida. Pero si se da la sorpresa, si resulta ser Phil Neville el que juega el partido de su vida y logra domar a Figo, pues Figo cambiará de banda y se enfrentará a Gary, que parece haber perdido toda confianza en sí mismo tras una temporada atroz en el Manchester. Que tanto Phil como Gary jueguen tan bien en el mismo partido que Figo se quede sin el espacio necesario para imponer su talento es casi inconcebible.

Figo se lucirá esta noche y la clave, si es que por fin los brasileños europeos van a transformar su eterno potencial en gloria, será si los delanteros que lo acompañan sabrán convertir las oportunidades que él les sirve en gol. La responsabilidad caerá, con toda seguridad, en Joao Pinto, cuya moral no debe de estar muy alta tras la decisión del Benfica, anunciada la semana pasada, de no renovarle el contrato para la temporada que viene. Tony Adams, el fornido central inglés que es mejor futbolista de lo que parece, hará lo posible para alimentar su depresión. Portugal echará de menos a Paulo Sousa, que no se ha recuperado a tiempo de una lesión, con lo que será Vidigal, un jugador sin apenas experiencia internacional, el que apoye al habilidoso Rui Costa para intentar ganar la partida a Ince y Wise, los dos leones defensivos del medio campo inglés. En cuanto a Inglaterra, sus posibilidades de gol parten, como se ha demostrado en los partidos más recientes, de una de tres opciones. Primero, un centro de David Beckham; segundo, una genialidad de Michael Owen, que cuando juega como puede es letal en el área rival; y tercero, de Paul Scholes, el medio punta fantasma que aparece cuando nadie lo espera y marca un gol -de cabeza, o de remate- con cualquiera de los dos pies. Lo que se puede decir con seguridad es que el juego de Portugal será más fluido, que Figo y compañía sabrán mantener mejor la posesión del balón. Si el resultado lo determinara la estética, Portugal arrasaría. Inglaterra perderá el balón con más frecuencia, por deficiencia técnica y por falta de claridad en el sistema de juego. Pero sus hombres duros la recuperarán, a veces en situaciones de peligro. Entonces podrán aparecer Beckham, Owen o Scholes y, si los finos portugueses se descuidan, dar el golpe de knock out.

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