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Vic Telehome controla la mitad de los 800 locutorios para inmigrantes

Los extranjeros enviaron a sus hogares 150.000 millones en 1999

Algunos locales oscuros y destartalados se convierten cualquier tarde de domingo en una pequeña aldea global en la que senegaleses, peruanos, ucranios o marroquíes hablan el viejo lenguaje de la nostalgia. Una empresa española que controla el 50% del negocio de los locutorios telefónicos, con 375 locales instalados, rentabiliza la nostalgia de los inmigrantes.Vic Telehome funciona como una especie de franquicia. Sus clientes son inmigrantes ya establecidos en España, a los que ofrece créditos de entre 300.000 y 1.500.000 pesetas para instalar el equipo y los paneles. El cliente escoge el local. El negocio de la empresa consiste en revender a los locutorios minutos de conexión que compra al por mayor a Telefónica, y en un mínimo porcentaje a otras operadoras.

Curiosamente, desde sus locutorios, una llamada cuesta mucho menos que desde una cabina pública de la propia Telefónica (65 pesetas el minuto a Marruecos, frente a los 155 de una cabina). "Tenemos un acuerdo comercial con Telefónica que preferimos no revelar", dice Alejandro Loring, gerente de la empresa. Sus servicios incluyen tarifa plana, conexión gratuita y, en varios casos, un coste único para móviles y fijos. La empresa invierte 300 millones de pesetas mensuales por siete millones de minutos de conexión aproximadamente. "En telefonía, los precios se fijan de acuerdo con el volumen de las llamadas y el destino del tráfico", explica. El año pasado, el negocio movió 4.000 millones, con un margen de ganancia del 10%.

Loring, sevillano de 40 años, explica que otra de sus actividades es hacer de intermediario con las empresas que envían las remesas de dinero de los trabajadores extranjeros. Este negocio funciona sin tapujos amparado por la ley que garantiza la libre circulación del dinero, y con comisiones libres que fluctúan entre el 5% y el 10%.

La llegada de Money Gram

Money Gram, la empresa estadounidense de envío de remesas de dinero, ha decidido acercarse también a los pequeños locutorios, y en convenio con la operadora estadounidense Aló se ha apuntado a la reventa de minutos. "Cuando un inmigrante envía dinero tiene que comunicar a sus familiares el código secreto", dice Anastasio del Toro, de Cambio Sol, uno de sus representantes en España. Money Gram hace una media de 50.000 envíos anuales, de 40.000 pesetas como media. Otras cinco empresas ofertan locutorios y minutos de conexión en revistas especializadas para público latino. Western Union, también estadounidense y que mantiene presencia en unos 1.000 locales a través de uno de sus agentes en España, ha llevado sus anuncios a los locutorios.

El negocio de las remesas de dinero, según el Banco de España, fue en 1999 de 150.000 millones de pesetas. El monto real podría ser mucho mayor si se considera que para Marruecos, por ejemplo, las remesas de los inmigrantes han superado ya a los ingresos que deja el turismo o la minería, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El negocio tiene sus propios códigos. Western Union ha organizado este mes una gira del grupo de salsa colombiano Niche, y uno de los eslóganes de Money Gram dice: "Tranquilo, Ecuador, con nosotros no hay crisis", que apareció tras el colapso de la banca ecuatoriana del año pasado.

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