Van como locos

No se hagan ilusiones. La tragedia de los obreros de la construcción reventados al caerse de los andamios no tiene solución. Se puede remendar, pero no erradicar, porque, según el presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Vicente García, la mayoría de los accidentes laborales son "como los accidentes de tráfico: uno va a 120 por hora y le puede pasar algo". Si es que van como locos por el andamio.Los sindicatos tienen una opinión muy distinta. Hace unos meses, los dirigentes sindicales de Málaga, alarmados por la decena de muertes de trabajadores que se ha registrado en lo que va de año, se reunieron con el fiscal jefe, Manuel Villén, para ver si la justicia podía actuar contra los constructores que no adoptasen medidas de precaución. Algún empresario recibió un tirón de orejas entonces. Pero debemos estar en época de mucha velocidad, porque el jueves pasado, el responsable de Acción Sindical de CC OO, Antonio Herrera, daba cuenta de una nueva caída al vacío de un obrero; en este caso en una obra inspeccionada y que, pese a no contar con redes de seguridad, no se había paralizado. Herrera dijo además que en lo que va de año se han registrado 34 caídas en la construcción, a razón de seis por mes. Parece que a los obreros les va la marcha. Van como locos, ya se sabe.

Pero los empresarios insisten en que ellos no son responsables de los accidentes en el 60% de los casos. Al menos según los datos que obran en poder de la CEM, y que refrescó esta semana su secretario general, Javier González de Lara. Este empresario llamó la atención sobre el hecho de que en las estadísticas sobre accidentes laborales se incluyen los siniestros que ocurren en el camino hacia el trabajo. Por eso asustan tanto las cifras. Dijo que sería "una torpeza" culpar en exclusiva a los patrones, que muchas veces el culpable es el obrero.

Indudablemente habrá casos en los que el culpable sea el trabajador. Y también hay más accidentes porque hay más obras. Los constructores están aprovechando la bonanza económica para edificar a toda pastilla. Cualquiera que se desplace por la Nacional 340 verá que, especialmente entre Manilva y Estepona, ha crecido un muro de esqueletos de edificios frente al mar. Muchas construcciones se han paralizado porque son ilegales, pero ahí quedan sus cadáveres. En el mundo de la construcción no son los obreros los únicos que van como locos.