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Un británico rechaza 1.169 millones por una dirección en la Red que le costó 18.000 pesetas

Isabel Ferrer

Peter Littke, un empresario británico de 45 años, acaba de rechazar una oferta que haría dichosos a la mayoría de mortales. Convencido de que posee una mina de oro llamada e-buy.com, un portal de Internet pensado para facilitar el comercio. Una compañía californiana que opera en la red informática con un nombre parecido. Ebuy Inc., le ha ofrecido siete millones de dólares (1.169 millones de pesetas) por las pocas letras que a él le costó unas 18.000 pesetas registrar. La negativa puede parecer una locura, pero Littke sueña con abrir un gran almacén a escala mundial en la Red.

Aunque pueda parecer alguien que ha echado a perder la oportunidad de su vida, Littke, director de Naxt, una firma de software, está seguro de lo que hace. La idea de la tienda electrónica se le ocurrió hace tres años y e-buy.com es una de sus piezas esenciales. Registrado ya en Alemania y EEUU, el nombre le parece "conciso, agudo y digno de ser recordado". Convencido de que el futuro de Internet está en Europa, donde los teléfonos móviles y los televisores conectados a la Red son cada vez más frecuentes, el empresario espera canalizar las ventas de firmas famosas desde su portal. Según parece, un proyecto mucho más tentador que los millones en efectivo y en acciones ofrecidos por Ebuy Inc."La verdad es que la oferta era para pensársela. Con tanto dinero puedes retirarte si lo inviertes bien. Pero no, he trabajado mucho en mi propia idea como para dejarlo ahora", ha dicho Littke, que espera ganar más todavía a partir de julio, fecha prevista para el lanzamiento de su servicio. La confianza depositada en él mismo es digna de encomio, sobre todo porque los consumidores tendrán que decidir si prefieren su sistema de ventas o el ofrecido por ebay y Buy.com, dos de sus rivales más conocidos.

Si no fuera por las fortunas ganadas o perdidas a diario por los dueños de portales, este baile de letras merecería algo más que una nota comercial. Sólo en el Reino Unido se registran a diario 7.000 nombres en la Red que pueden ser comprados, vendidos y vuelta a empezar con el mismo ardor mostrado por los intermediarios financieros cuando cierran sus transacciones. La práctica es tan común que ha sido bautizada como "ciberapropiaciones". Consiste en registrar el nombre de personas o compañías famosas que no lo hayan hecho en Internet, con la esperanza de venderlas luego por fuertes sumas.

Peter Littke era requerido por que su portal se parecía demasiado, sobre todo al enunciarlo, al de sus rivales. Hace un año, sin embargo, Marc Ostrofsky, un empresario estadounidense, se llevó 7,5 millones de dólares (1.350 millones de pesetas) en la subasta organizada en la propia red para vender su dirección, business.com.

Direcciones sencillas

La puja por algo tan fácil de recordar no tardó en cerrarse por parte de Greatdomains.com, un servicio de subastas gestionadas a través de Internet. A Ostrofsky le pasó un poco como a Littke. La sencilla dirección que le hizo millonario le había costado sólo 150.000 dólares en Londres en 1996.

Para Greatdomains.com, la operación resultó satisfactoria pero no única. En su nómina figura la venta de nombres como america.com por 10 millones de dólares. Otros apelativos igualmente eufónicos han sido adjudicados por bastante menos. RomanCatholics.com costó 275.000 dólares; Drug.com, llegó a 500.000 y Tolerant.com no pasó de los 125.000 dólares. Direcciones como taxes (impuestos).com costaron 1,1 millones de dólares. Una de las más solemnes, Funeral.com subió hasta 2,3 millones de dólares. Una euforia explicada por la inercia que lleva al usuario de Internet a buscar el servicio que le interesa marcando una dirección corta y sencilla.

El caso de Littke pasará a la efímera historia de Internet más por la fe en su trabajo que por el dinero perdido. De momento, la venta más poética la ha realizado el propio Ostrofsky. En 1999 cedió eflowers.com por casi 40.000 dólares a una compañía de Florida llamada Flowers Direct. La firma le ofreció además un 50% de descuento al utilizar sus servicios, y un ramo mensual gratis para la señora Ostrofsky.

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