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El 'Orient Express', en Villaverde

El Orient Express ha sido visto en Villaverde. "Pasó por aquí a toda velocidad hará una semana", asegura Benito Bosch, de la empresa Tafesa, que construye y repara vehículos ferroviarios en sus talleres de la localidad meridional madrileña. "Llevaba dos coches azules y tres de color café", añade. Pero ¿qué hacía por aquí un tren que, de seguir en pie desde 1883, debería circular entre Londres y Estambul? "Mire, no lo sé, pero yo lo vi con mis propios ojos", añade este experto, acostumbrado a tratar de coches, vagones, gálibos y bogies.La confidencia del técnico lleva a seguir el rastro del legendario tren hasta los Talleres Centrales de Reparación de Renfe, en Villaverde, contiguos a la M-40. "Aquí reparamos locomotoras", señala Félix González Huertas, uno de los poquísimos especialistas en trenes de vapor. Se jubila el mes que viene y trata de dejar a punto una locomotora Mikado modelo 141F que arrastra el famoso Tren de la Fresa. Con primor cuida e inspecciona la enorme máquina, con su morro negro, sus bielas articuladas y su gran horno de cerámica, para agua y vapor, que funciona con gasóleo en sustitución del carbón. "Por aquí no hemos visto el Orient Express, pero pregunte en el museo", dice. Rafael Ruiz Sanchidrián, abulense de 55 años, ingeniero de Telecomunicaciones especializado en gestión, dirige el Museo del Ferrocarril del paseo de las Delicias de Madrid desde 1995. Con humildad, afirma haber pasado de recibir 50.000 visitantes en aquel año a 110.000 en 1999. En trenes históricos, él posee casi todas las claves: "Si, tiene razón quien dice que ha visto ese tren por Villaverde", asegura Ruiz Sanchidrián.

"Verá, el Orient Express fue un modelo de tren clásico, de los que circularon por rutas europeas", explica. "En 1920, en España, las compañías del Norte y la de Madrid-Zaragoza-Alicante compraron cinco coches idénticos al Orient Express. Aquí fueron matriculados R-12950". La erre es de restaurante. "Rodaron en trenes como el expreso de Irún o el Rías Altas hasta el año 1988". Al poco, en los talleres sevillanos de Santa Justa, fueron reformados, cambiada su marquetería, sus apliques y suntuosamente decorados con lujo similar al de aquel mítico Orient Express, de cristales Lalique y ebanistería de Boulle. Con nuevos bogies, las plataformas móviles sobre las que los coches se asientan, fueron adaptados para poder circular a 160 kilómetros por hora. Empero, con el declinar de los viajes nocturnos, salieron de las vías en 1994. Tres años después, pasaron al museo. "Las dificultades de explotación nos aconsejaron dedicarlos a actividades de representación". Así se hizo. "Desde entonces, por dos millones de pesetas por jornada, se chartean para actos solemnes o rodajes cinematográficos". La última cinta ha sido filmada en la estación de Renfe de Algodor, entre Madrid y Toledo. "Es un tren de prestigio; por eso sale a la vía en rarísimas ocasiones", dice.

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