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Chaves espera que la entrevista de hoy con Aznar cierre la "guerra fría" entre Junta y Gobierno

La Junta ha dado un significado muy especial a la entrevista que mantendrá hoy el presidente del Gobierno, José María Aznar, con el mandatario andaluz, Manuel Chaves, tras cuatro años de reiteradas peticiones de audiencia. Será la segunda vez en casi cinco años que ambos presidentes se vean las caras de manera oficial, y la Junta tiene enormes expectativas respecto a los frutos del encuentro. "Chaves acude con la esperanza de que se marque un hito, se ponga fin a la guerra fría tan estéril de la anterior legislatura y se abra un periodo de diálogo", dijo ayer el portavoz del Gobierno, Rafael Camacho.

El apretón de manos de Aznar y el dirigente socialista, que se producirá a la seis de la tarde en La Moncloa, es todo un símbolo, después de un largo rosario de desencuentros, explotados hasta la saciedad por parte de PP y PSOE en la campaña electoral de marzo. El presidente de la Junta ha anunciado en los últimos días que acude con la mejor voluntad posible para desbloquear las malas relaciones entre las dos Administraciones, y con la esperanza de que la entrevista sea algo más que un gesto de cortesía.Ayer, el portavoz del Gobierno, Rafael Camacho, llegó a calificar de "hito" el encuentro y explicó que las expectativas del Ejecutivo autonómico son "marcar un antes y un después, un punto de inflexión" que sirva de punto de partida para solucionar los problemas pendientes. No obstante, entre las llamadas al diálogo, Camacho deslizó una carga de profundidad contra la actitud del Gobierno en la pasada legislatura y recordó: "Manuel Chaves pondrá todo su esfuerzo en acabar con el estado de tensión y confrontación permanente sustentada en la incomunicación entre los dos presidentes que decretó Aznar".

El portavoz atribuyó también esta situación pasada a la "cerrazón y oposición frontal e inflexible" del Gobierno a pretensiones, "tan razonadas y fundamentadas", como el reconocimiento del censo real de población a efectos financieros o el traspaso de competencias como las políticas activas de empleo y agua.

El Consejo de Gobierno de la Junta, que se reunió ayer, no preparó la entrevista, ya que, dijo Rafael Camacho, el presidente andaluz planteará cuatro bloques de temas muy trillados. En primer lugar, Chaves pedirá que se tenga en cuenta la población real de Andalucía para, "a partir de ahí y como condición previa", empezar a negociar el nuevo modelo de financiación autonómica. El andaluz reiterará su propuesta -basada en la cesión a las autonomías de una cesta de impuestos con mayor peso que los indirectos-, que ya puso encima de la mesa hace cuatro años. "Entonces", apostilló el portavoz, "fue calificada de insolvente e imposible técnicamente por el Gobierno, y ahora es la que ha recogido Eduardo Zaplana [presidente de la Comunidad Valenciana] y parece que es la que se maneja con ligeras modificaciones".

Sin embargo, Camacho aseguró que la Junta está abierta a cualquier otra fórmula, aunque se debe reconocer la población porque es la variable que más pondera. Respecto a las políticas activas de empleo, el portavoz dijo que en 1997 el ministro de Trabajo [Javier Arenas] anunció que en enero de 1998 estarían en manos de la Junta. "No lo hizo aquel ministro, ni el que le sucedió [Manuel Pimentel], ni el actual". Finalmente, Chaves intentará arrancar de Aznar un calendario, "con fechas y números", de inversiones en infraestructuras de carácter estratégico.

La presidenta del PP andaluz, Teófila Martínez, también se mostró muy expectante con el resultado de la reunión, aunque no desaprovechó la ocasión para barrer para adentro, informa A. Hernández-Rodicio. "Deseamos, queremos, pedimos y exigimos a Chaves que acepte el sistema de financiación y negocie con Aznar la recuperación del dinero que, hasta ahora, por su cabezonería y por intereses electorales, hemos perdido los andaluces en los últimos años", señaló la popular. Y remató: "Que no acuda con una doble moral política y se produzca de nuevo, después de unos cuantos días de anunciar el diálogo, que el señor Chaves lance a sus compañeros del Consejo de Gobierno otra vez a la política de confrontación".

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Por su parte, el coordinador de Izquierda Unida, Antonio Romero, pidió a Manuel Chaves que garantice un compromiso riguroso, y señaló: "IU no quiere un presidente andaluz llorando por las esquinas para reivindicar lo que recoge el Estatuto de Autonomía". Romero animó al socialista a articular una movilización ciudadana en el caso de no obtener resultados con Aznar.

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