Lloret derriba un viejo hotel para simbolizar el fin del turismo barato

Su mismo nombre ya remitía a la masificación urbana. Una excavadora empezó ayer la demolición del hotel San Francisco de Lloret de Mar, uno de los muchos desaguisados urbanísticos que se perpetraron en la Costa Brava durante la explosión especulativa de los años sesenta. El derribo ha servido para que el Ayuntamiento y la Generalitat levanten una vez más la bandera de la calidad turística, convirtiéndolo en un símbolo de la voluntad de poner fin al turismo barato y masificado.

El consejero de Turismo, Antoni Subirà, acompañado del alcalde de Lloret, Josep Sala, participó ayer en un acto de demolición simbólico del hotel, previo a la actuación de las excavadoras. Con su presencia en el derribo, las autoridades quisieron hacer explícita la necesidad de que los municipios costeros que hasta ahora han apostado por un turismo barato y masificado cambien sus planteamientos.La demolición del hotel Sant Francisco, cerrado desde hace años y actualmente obsoleto, está incluida en el Plan de Excelencia Turística de Lloret de Mar, firmado en 1999, que debe desarrollarse a lo largo de los próximos tres años.

El presupuesto de las actuaciones previstas, que supera los 450 millones de pesetas, ha sido aportado a partes iguales por el Departamento de Industria, Comercio y Turismo de la Generalitat, el Ministerio de Economía y Hacienda, y el Ayuntamiento de Lloret de Mar. El solar que deje libre el hotel se convertirá en una zona verde. El esponjamiento del municipio, con una alta densidad constructiva y con callejas muy estrechas, es uno de los objetivos del plan, que también prevé reformar una plaza después de derribar una manzana de casas.

Edificios menos verticales

En los próximos tres años Lloret de Mar verá como se crean nuevas zonas de viandantes, se suprime la circulación de vehículos en el casco urbano, se amplían las aceras y se soterran líneas eléctricas y telefónicas. También se rehabilitará el yacimiento ibérico del Turó Rodó y el castillo medieval de Sant Joan.

Subirà explicó ayer que diversos municipios costeros han empezado a aplicar planes para mejorar la calidad hotelera. El director general de Turismo, Xavier Civit, subrayó que esta demolición implica "pasar de un turismo masificado y obsoleto a un turismo de calidad". Civit explicó que muchos municipios catalanes están invirtiendo esfuerzo y dinero en mejorar sus fachadas litorales, y que se está implantando un nuevo tipo de construcciones hoteleras que nada tienen que ver con el viejo modelo de exagerado aprovechamiento del espacio. Ahora los edificios son cada vez "menos verticales y más horizontales".

Actualmente se están aplicando planes de excelencia en el Vall de Boí, la comarca del Baix Empordà, Calella, Salou y Cambrils, con inversiones que oscilan entre 300 y 500 millones, y este año está previsto firmar inversiones por valor de otros 1.050 millones en Roses y Cardona, entre otros municipios, y en el Pallars Sobirà.