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En la peor situación, el mejor Barcelona

El equipo azulgrana arrolló en la segunda parte al Unicaja y forzó el quinto y decisivo partido

UNICAJA 52 / BARCELONA 73El Barça ha vuelto a salir del apuro. La historia se repite caprichosamente. Por tercera vez en cinco años, el Barcelona remonta un playoff en Málaga en el cuarto partido. Como en la final de 1995 y en los cuartos de final de 1997 ahora tiene la oportunidad de sentenciar en el Palau Blaugrana. La peor situación alumbró al mejor Barça.En el brete de hacer mutis por el foro, amilanado por la impresionante puesta en escena del repleto y entregado pabellón Ciudad Jardín de Málaga, medio asfixiado por la tunda física en la que tan a gusto se sintió por momentos el Unicaja, el equipo de Aíto sacó a relucir algunos de los resortes que le ponen a una distancia sideral de su rival de ayer y de la mayoría de cuantos se encuentra en lo que más que un camino debería ser una autopista en la Liga ACB. Pero no es así. Y de hecho, ayer tuvo la soga al cuello en una primera parte en la que llegó a perder por siete puntos. El Barça estuvo por momentos derretido, como con ganas de desaparecer del parquet.

Unicaja: Jaumin (12), Mrsic (10), Rodríguez (4), Sallier (6), Petruska (3); Orenga (6), X

Fernández, Lázaro (2), Marcaccini (3) y Conceiçao (6). Barcelona: Goldwire (14), De la Fuente (8), Gurovic (17), Alston (8), Dueñas (6); Rodríguez (6), Elson (7), Navarro (7), Rentzias y Gasol. Árbitros: Betancor, Sancha y Requena. 5.000 espectadores en el Ciudad Jardín. 2-2 en la serie. El quinto y definitivo partido se jugará el sábado en el Blaugrana.

Esta vez no hubo opción al famoso triple fallado por Ansley en el último segundo que privó a Unicaja del título hace cinco años. Fue como en 1997, un partido resuelto con suficiencia en una segunda parte en la que el equipo de Aíto García Reneses defendió de forma magnífica, mantuvo la cabeza fría -todo lo contrario que su rival-.

Contó además con el acierto en los triples de Goldwire, que con tres consecutivos abrió la brecha en el marcador que acabó siendo definitiva. El Barça en conjunto estuvo ayer afinadísimo desde la línea de 6,25, mucho mejor que en los lanzamientos de media distancia. Unicaja volvió a evidenciar la limitación de sus recursos ofensivos, y ayer para colmo sin tiro exterior.

Mantuvo sus opciones sólo durante la primera parte, cuando impuso el ritmo pausado que le gusta a Maljkovic y defendió con la intensidad con la que luego lo hizo el Barcelona. En esta primera fase además le funcionó el juego interior y casi todas sus canastas se produjeron bajo el tablero. Con paciencia aguantó el equipo de Maljkovic el primer tirón en el marcador del Barça (6-11, minuto 7), renta que en partidos de este tipo tiene un peso estimable.

Jaumin, que jugó con un esguince de tobillo, decidió cambiar el ritmo y con dos triples consecutivos dio la vuelta a la situación (19-13, minuto 12). Llegó a acumular Unicaja siete puntos de diferencia, pero se atascó en los últimos cuatro minutos de la primera parte debido a las alternativas defensivas ordenadas por Aíto García Reneses. Con Nacho Rodríguez y La bomba Navarro en cancha, el juego exterior del Barcelona comenzó a funcionar. Después de dos partidos con unos porcentajes nefastos, nadie se había atrevido a intentar anotar desde lejos.

Ante la falta de frescura en el ataque de Unicaja, el Barcelona consiguió lanzar una sucesión de contraataques que le permitieron irse al descanso con ventaja mínima (27-28). El segundo tiempo fue un paseo. Con una atosigante defensa y un engranadísimo sistema de ayudas, los de Aíto maniataron a su rival. Este acierto defensivo le permitió montar ataques rápidos.

El marcador fue estirándose poco a poco ante la desesperación de la parroquia local, resignada a asumir el papel impotente que hasta aquí le ha reservado la historia. Unicaja aún tiene una oportunidad, igual que en las dos ocasiones anteriores, pero en ninguna puso mucha confianza en ella.

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