"El éxito hace que se apueste por la apertura de géneros"

Daniel Monzón forma parte del elenco de jóvenes directores que han enriquecido la cinematografía española. Nacido en Palma de Mallorca hace 32 años, desde muy joven se convirtió en guionista de varias series de televisión, como Alucine, Dos rombos o la más reciente Hospital Psiquiátrico, de Alex de la Iglesia. Sin embargo, su gran salto lo ha dado con su primera película, El corazón del guerrero, la historia de una pareja de ladrones que son víctimas del encantamiento de una piedra preciosa con forma de corazón humano y con el juego de rol como eje central del film. Se trata de una ambiciosa aportación al género del cine fantástico, en la que ha logrado reunir a jóvenes actores de la talla de Joel Joan, Neus Asensi o Fernando Ramallo. Ahora colabora también con Santiago Segura en el guión de la segunda parte de Torrente. Pregunta. ¿Su película está dentro del cine fantástico?

Respuesta. Desde muy pequeñito quise dirigir, sobre todo películas del género fantástico, que han sido siempre mis preferidas. Pero me apetecía tratar ese género dándole una vuelta de tuerca, pervirtiendo sus normas. Por eso, El corazón del guerrero no es una película estrictamente fantástica, sino que yo la definiría como una aventura esquizofrénica. La película salta de género a género, con un cóctel explosivo, donde hay comedia, cine intimista, fantástico, de aventuras. A pesar de su bajo presupuesto, unos 500 millones, creo que ha dado unos resultados espectaculares.

P. ¿Cuál ha sido el comportamiento de los actores teniendo en cuenta que en España no hay demasiada costumbre a ese género?

R. Era un reto que se tomaron de forma apasionada. Hay que tener en cuenta que es una película con cerca de 2.000 cortes, que les obligaba a rodar planos donde tenían que hacer gestos en un escenario fantástico y lleno de peligro, pero inexistente ante sus ojos. También ha sido una aventura esquizofrénica para los actores.

P. El juego de rol es el eje central de la película, ¿por qué?

R. Es la excusa para que tenga lugar la historia. Quería hablar del juego de rol como algo que te permite salir de ti mismo. El problema es que te puedes ir muy lejos. Pero en la película no se trata como algo pernicioso, sino algo que te proporciona algo de evasión. Yo he querido utilizarlo para potenciar la fantasía.

P. ¿Se aleja, por tanto, de la tendencia predominante entre los directores noveles españoles?

R. Yo creo que forma parte la apertura de géneros que ha conocido el cine español, con películas como Todo por la pasta, El día de la bestia o Tesis., que tuvieron un éxito comercial que ha permitido que los productores sigan apostando por esto. Creo que la diversidad viene muy bien al cine español.