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La policía detiene a 368 inmigrantes en Lavapiés por asaltos en los últimos tres meses

La policía ha practicado 368 detenciones en Lavapiés durante los tres primeros meses de este año, según la Jefatura Superior de Policía de Madrid. De los arrestados, 171 eran de nacionalidad argelina, 80 marroquíes, 30 palestinos y el resto corresponde a personas procedentes de países suramericanos y asiáticos. Los agentes desconocen cuántos son reincidentes, ya que los detenidos suelen ofrecer identidades falsas y diferentes en la comisaría. El Movimiento Contra la Intolerancia solicita que "los jueces no suelten tan deprisa a los detenidos, porque eso desespera a los policías que les detienen".

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Las estadísticas policiales de las detenciones no incluyen los casos de menores de edad a los que se ha retenido tras un supuesto atraco o robo, ya que éstos pasan a disposición del juez de menores.La policía asegura que cuenta con una detallada información de la delincuencia que existe en Lavapiés. Los agentes tienen fichados a 86 ladrones de nacionalidad extranjera que trabajan en el barrio. Son jóvenes que viven hacinados en pensiones o en pequeños pisos del barrio. Hacen vida de noctámbulos. Los más madrugadores amanecen a mediodía. Se acuestan a altas horas de la madrugada y se parapetan en la oscuridad para cometer sus asaltos. Son delincuentes violentos que no dudan en apuñalar a sus víctimas o pegarles puñetazos y patadas si ofrecen resistencia durante el asalto.

Sus víctimas preferidas son los turistas, ya que éstos casi nunca tienen la oportunidad de acudir a los juicios, porque regresan a sus países tras su estancia vacacional en España. Otro de los objetivos preferidos son los comerciantes chinos que acuden al gran zoco de tiendas mayoristas que alberga Lavapiés. "Suelen manejar dinero negro y tampoco se atreven a denunciar a los delincuentes", afirma un policía, que asegura que también desvalijan a última hora de la noche a las mujeres chinas que se dedican a la venta de rosas por la zona centro.

Uno de los misterios que rodean a este peligroso grupo de delincuentes de Lavapiés son los excelentes abogados que les asesoran y que cobran más de medio millón para empezar a trabajar, según fuentes policiales. El comisario José Manuel Sánchez, responsable de la seguridad en el centro de Madrid, dice que la situación de inseguridad en Lavapiés la genera "un grupo pequeño de argelinos y marroquíes que son muy dañinos, que no sólo asaltan en ese barrio, sino en toda la zona centro, ya que también recorren la ruta de los museos, el paseo del Prado y Gran Vía", explica el comisario.

Acoso junto a los hoteles

El radio de acción de los violentos también pasa por los hoteles de lujo de los alrededores de la plaza de Neptuno. Se apostan en las inmediaciones de esos hoteles y seleccionan a los turistas que salen, les siguen y cuando se descuidan les pegan un tirón del bolso o les asaltan navaja en mano. Para cometer el delito los delincuentes eligen calles menos transitadas para evitar que la gente les identifique.

"Estos grupos están envalentonados por la impunidad con la que actúan, porque, pese a que atracan constantemente, siempre vuelven a la calle. A algunos se les ha detenido hasta 68 veces y a las pocas horas retornan a Lavapiés", añade Sánchez.

Para combatir esta falta de castigo, el delegado del Gobierno pretende simplificar las trabas burocráticas con el fin expulsar a aquellas personas que sean delincuentes reincidentes. Estas peticiones serán analizadas el próximo miércoles y jueves con representantes de la fiscalía y la Audiencia Provincial.

El comisario de Centro, José Manuel Sánchez, se lamenta: "Desgraciadamente, hasta ahora los únicos que hemos trabajado allí hemos sido la policía, alguna asociación vecinal y el Movimiento Contra la Intolerancia".

El presidente del Movimiento Contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, denunció ayer que los delincuentes detenidos "vuelven a la plaza de Cabestreros una hora después de su detención y encima se ríen de los policías que acaban de detenerles". Para Ibarra, esto produce un efecto de "desánimo" en los agentes. "Sienten que su trabajo es en vano, porque persiguen una y otra vez a los mismos supuestos delincuentes", añade. Los jueces y los fiscales deben actuar de una manera "mucho más contundente" contra estos delincuentes. "Es necesario que los jueces y fiscales apliquen condenas mayores para evitar que queden libres tan deprisa", afirma. El hecho de que los detenidos queden en libertad tan rápido les produce "un sentimiento de impunidad que les motiva a seguir delinquiendo", añade. Los propios inmigrantes de Lavapiés comunican a sus familiares y conocidos de Marruecos que aquí se puede vivir al margen de la ley. "Los delincuentes llaman a Marruecos y les dicen que aquí se pueden hacer ricos a base de tirones", aseguró.

Para Ibarra, el problema de los delincuentes de Lavapiés "se viene denunciando desde hace mucho, y el Ayuntamiento y la Comunidad no han reaccionado y su desidia ha provocado que la situación se les haya escapado de las manos", afirmó. "Ambas instituciones están demostrando una total incapacidad para acabar de neutralizar un problema de apenas 90 delincuentes en el centro de Madrid. Lavapiés, barrio en el que viven cientos de inmigrantes, se ha convertido en el lugar más popular de Marruecos". Los vecinos mantienen que el principal cáncer de Lavapiés son los delincuentes. "Todo el problema lo generan 30 o 40 jóvenes, muy pocos de ellos menores de edad", explica un empleado de una finca del barrio.

"Somos un barrio multirracial en el que hay un problema concreto de delincuencia que, si no se ataja, puede generar problemas de racismo y xenofobia", vaticina Eugenio Alarcón, propietario de un bar de la zona.

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