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Reportaje:

Romario vive otro momento de oro El delantero llena de goles el fútbol brasileño, y la afición le reclama en la selección

Dos años despues de haber sufrido lo que describió como "el momento más triste" de su carrera, cuando una contusión motivó su exclusión de la selección brasileña que disputó el Mundial de Francia, el atacante brasileño Romario vive una vez más su momento de oro. El pasado miércoles, el jugador vió como la multitud que acompañó el flojo desempeño del seleccionado brasileño sobre Ecuador gritó su nombre como un reclamo, mientras dirigía epítetos no muy agradables a la madre del seleccionador, Wanderley Luxemburgo, que a su vez era llamado burro por un coro de miles de voces.Consultado sobre cómo se sentía al no haber sido convocado por Luxemburgo, Romario contestó tranquilo: "Cuando sea el momento, me convocará. Mi preocupación ahora es seguir anotanto, pues mientras siga así será el mismo pueblo el que me llevará de regreso a la selección".

Anotar goles, cada vez más, sigue siendo su principal característica. Como una especie de dulce revancha. La última hazaña fue anotar tres de los cinco con los que su actual equipo, el Vasco da Gama, conquistó hace una semana el campeonato de Río de Janeiro, masacrando a su gran rival, el Flamengo (5-1). Con un detalle: hasta el pasado mes de noviembre, Romario era la estrella solitaria y única de ese mismo Flamengo, el equipo de mayor afición en Brasil.

El jugador juraba entonces amor eterno al Flamengo, y no se cansaba de repetir que daba lo mejor de sí en la cancha, pese a que los dirigentes le debían cuatro millones y medio de dólares (700 millones de pesetas). Pero ese caso de amor terminó de manera desastrosa. En noviembre pasado, y luego de una derrota, Romario y otros jugadores fueron vistos en una discoteca. La imagen de un Romario alegre al lado de una rubia despampanante llevó a los dirigentes del Flamengo a romper el contrato del futbolista. Sus compañeros de parranda fueron perdonados porque se disculparon.

Menos de dos semanas después, Romario volvía al club que le lanzó al estrellato, el Vasco da Gama, y en lugar de ser llamado traidor por los flamenguistas, la ira de la afición explotó contra los dirigentes. La afición del Vasco, a su vez, lo recibió con menos calor de lo esperado. En su nuevo equipo, sin embargo, Romario siguió haciendo lo de siempre: un gol tras otro. Desde su llegada ha anotado 34 tantos en 27 partidos oficiales -Mundial de clubes, torneo Río-Sao Paulo y campeonato carioca, del que por ahora, concluida la primera vuelta, es pichici con 15 tantos-.

A sus 32 años, en todo caso, el atacante brasileño está en un punto envidiable de su carrera. Dueño de un patrimonio suficiente para asegurar la tranquilidad de sus nietos (cuando los tenga), es el jugador mejor pagado en Brasil. A cada fin de mes, 250.000 dólares (45 millones de pesetas) son destinados a su cuenta bancaria.

Principal anotador del campeonato de Río, líder entre los goleadores del campeonato brasileño, Romario ahora tiene un nuevo problema por delante. Y es que el Flamengo lo quiere de regreso: "Él no está feliz en el Vasco, nosotros no estamos felices sin él. Vamos a intentar encontrar la solución al error que cometimos".

El contrato entre Romario y Vasco es de dos años, pero una cláusula prevé que puede ser roto en enero de 2001. En Flamengo, todos esperan ver de nuevo al mayor ídolo del fútbol brasileño. Sería imposible imaginar un momento momento mejor.

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