Crivillé se reencuentra en Jerez y compite con Biaggi y Roberts en los ensayos
Como si la llegada del Mundial a Europa quisiera poner las cosas donde se anunciaban al inicio de la temporada, los primeros entrenamientos para el Gran Premio de España, disputados ayer en Jerez, colocaron en las tres primeras posiciones a los tres favoritos del campeonato. El italiano Max Biaggi (Yamaha) realizó el mejor tiempo, por delante del estadounidense Kenny Roberts (Suzuki) y de Àlex Crivillé (Honda). "Aún tenemos algún problema, pues la moto derrapa, pero aspiro a salir mañana el primero" sentenció el español, que ha recuperado la confianza.
Los tres teóricos tenores, los números uno de cada una de las marcas importantes que participan en el Mundial marcaron el territorio de entrada, algo poco habitual. Pareció como si los tres quisieran demostrar al mismo tiempo que las citas de aperitivo se han terminado, que ya basta de calentamiento y que lo serio del MotoGP ya ha comenzado con esta cuarta prueba de 2000.Como siempre, se supone que la primera sesión de ensayos clasificatorios para un gran premio no debe ser tomada muy en cuenta, pero no deja de ser significativo que los considerados mejores pilotos manden desde el principio y releguen a posiciones secundarias a los protagonistas menos afamados, aquellos que en las tres primeras carreras se habían rebelado contra el escalafón.
Extrañó menos la prestación de Roberts, actual líder del campeonato, pues es el único de los tres grandes que ha arrancado el curso con la fuerza prevista: ganó en Malaisia y fue segundo en Japón. En los casos de Biaggi y de Crivillé, no por esperada la reacción de ambos al mismo tiempo dejó de llamar la atención. Tanto el campeón español como el italiano llegan a Jerez hambrientos de buenos resultados y con ganas de acallar muchas voces.
"La moto todavía no va todo lo bien que yo quisiera", explicó Crivillé, "pero claramente hemos mejorado. Noto que ahora ya puedo estar delante aunque aún falta un poco de mejoría para que la sienta completamente a gusto. Sabemos dónde está el problema y estamos trabajando en ponerle remedio. En Honda han entendido mis peticiones y están manos a la obra".
De momento, Crivillé, que ganó en Jerez en las tres últimas ediciones, está utilizando una moto muy parecida a la de la temporada pasada con una ligera evolución, fruto de las jornadas de entrenamientos privados que ha realizado desde la última carrera en Suzuka. "El hecho de estar delante en los entrenamientos me anima de cara a la carrera y creo que podré luchar por la victoria. Ya tengo ganas de volver a ganar un gran premio".
Sin embargo, la igualdad que registra este año el Mundial se refleja cada vez que los pilotos saltan al asfalto. Ayer en Jerez, por ejemplo, el vencedor de la última carrera en Suzuka, el japonés Norick Abe (Yamaha) sólo pudo ser 15º. Y Carlos Checa (Yamaha), el mejor de los pilotos españoles hasta ahora -segundo en el Mundial- tuvo que conformarse con la novena posición. "Hemos tenido dificultades con la puesta a punto de la suspensión", aclaró. "El resultado no es satisfactorio pero estoy tranquilo. Hay tiempo para rectificar y estar delante". El resto de españoles de 500 fueron: Sete Gibernau (Honda), 11º; José Luis Cardoso (Honda), 12º; y David de Gea (Modenas), 18º.
Aparte de la categoría reina, la expectación de los numerosos aficionados que se esperan este fin de semana -más de 100.000- está puesta en lo que hagan en 125 el campeón del mundo, Emilio Alzamora (Honda), a la caza y captura de su primer triunfo en más de un año, y la escudería Derbi, después de su reciente victoria en Japón gracias a Youichi Ui. Pero el más rápido ayer fue el italiano Roberto Locatelli (Aprilia), con Ui segundo y Alzamora cuarto. En 250, el mejor tiempo correspondió al alemán Ralf Waldmann (Aprilia).
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