Más de 2.000 personas despiden en Ontinyent a las dos jóvenes fallecidas en el incendio de Benissoda

Más de 2.000 personas asistieron en la tarde de ayer en Ontinyent, según las estimaciones municipales, al funeral de las dos jóvenes fallecidas en el incendio que se desató el lunes en una caseta de campo de Benissoda, Beatriz T. R., de 18 años, y Cristina M. B., de 16. El Ayuntamiento de Ontinyent, la localidad en la que residían todas las víctimas, celebró ayer una jornada de luto oficial, por lo que las banderas del Consistorio ondearon a media asta.La parroquia de San José, en la que se celebró el funeral, estaba abarrotada y centenares de personas se agolparon en las inmediaciones del templo. Entre los asistentes se encontraban el alcalde de Benissoda, Salvador Roig, y diversos vecinos de este pequeño pueblo, que ha quedado conmocionado por el suceso porque la familia del joven herido en el incendio, Lucas E. M., de 20 años, procede de este municipio. "A todos se nos hizo un nudo en la garganta al ver el profundo dolor que sentían los familiares de las chicas", lamentó Roig. Posteriormente, la numerosa comitiva fúnebre se trasladó al cementerio de Ontinyent, donde fueron enterradas las fallecidas.

Lucas, el único superviviente del incendio, seguía ingresado anoche en estado crítico en la Unidad de Reanimación del hospital La Fe de Valencia, según fuentes médicas. El joven sufre quemaduras de tercer grado en el 52% del cuerpo, está entubado, tiene muy afectadas las vías respiratorias y se encuentra en una zona de aislamiento para que no se infecten sus heridas.

Por su parte, la Policía Judicial de la Guardia Civil descarta que el siniestro se haya producido por una explosión de gas butano, como se había comentado, porque en ese caso la caseta habría quedado destrozada. Los investigadores reiteran que los jóvenes encendieron la estufa de leña con un líquido inflamable, que podría ser gasóleo, y se produjo una llamarada que les calcinó.