El G-7 debatirá hoy fórmulas para mantener el fuerte ritmo de crecimiento mundial
Los ministros de Economía del G-7, llegados a Washington para asistir a la reunión de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, analizarán hoy estrategias para dar estabilidad al crecimiento económico. Los ministros, como encarnación de la mundialización, podrán tener constancia de las protestas callejeras de una amplia coalición de grupos alzados contra esa integración de la economía mundial. Se calcula que 10.000 manifestantes intentarán mañana y el lunes impedir el acceso a las reuniones del FMI y del Banco Mundial a delegados de más de 150 países.
Los representantes de las siete economías más ricas del planeta (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) van a estudiar medidas "para promover la recuperación global y para reducir los desequilibrios externos", según Lawrence Summers, secretario del Tesoro estadounidense, anfitrión de la reunión de hoy. La cita se produce en momentos de euforia por la evolución de la economía mundial, que el FMI ve embarcada en una corriente expansionista que este año augura un crecimiento global del 4,25%. A la luz de estos datos, Japón se propone anunciar al G-7 que va a suspender su política de tipos de interés cero (0,15%, en realidad) puesta en marcha en febrero del año pasado para responder a la crisis que sufría el país.Sobre la reunión planeará la protesta callejera, que el FMI, el Banco Mundial y el propio Tesoro estadounidense intentan desactivar, hablando de nuevas medidas. "Creo que es importante establecer un sistema de selección de los responsables de estas instituciones que refleje los principios de transparencia y responsabilidad que son cada vez más necesarios para el FMI y otras instituciones financieras internacionales", dice Summers.
Pancartas y disfraces
Para los manifestantes son sólo palabras vacías. "El Fondo y el Banco Mundial no son organizaciones transparentes ni democráticas, no son responsables ante nadie y lo que hacen es favorecer las actividades de las grandes multinacionales", decía ayer Patrick Reinsborough, coordinador de base de Rainforest Action Network, uno de los 15 grupos reunidos bajo el paraguas de Movilización por la Justicia Global, que prepara las acciones de este fin de semana. "Nosotros actuamos como un grupo de autodefensa global".El improvisado cuartel general de Movilización por la Justicia Global bulle de actividad en estas jornadas previas a la gran cita de mañana y el lunes. Decenas de personas, en su mayoría jóvenes, preparan pancartas, disfraces y muñecos que caricaturizan al presidente Bill Clinton o al director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Mike Moore, quien en noviembre ya sufrió en Seattle los efectos de la campaña alternativa.[Dos activistas opuestos a la mundialización fueron detenidos tras descargar 4.000 kilos de estiércol frente a la sede del Banco Mundial en protesta por el trato cruel contra los animales. "BM: la carne apesta", se leía en el cartel que portaban los manifestantes, que son vegetarianos y forman parte del grupo Gente a favor de un tratamiento ético de los animales, informa EFE].
John, un estudiante de Ecología, estuvo en Seattle, donde fue detenida su hermana, y ahora está en Washington. Reconoce que muchos de quienes protestan no saben exactamente qué hacen el FMI y el Banco Mundial, pero que tienen la sensación de que son los principales agentes de un sistema que explota a los pobres en beneficio de los poderosos. "Este movimiento es importante porque por primera vez en Estados Unidos se da una acción de solidaridad con los países menos desarrollados".
Las organizaciones unidas en Movilización por la Justicia Global enarbolan una inacabable batería de datos para subrayar la ineficacia y los sesgados intereses del Fondo y del Banco Mundial, a los que acusan de financiar proyectos innecesarios, no controlar los dineros e imponer condiciones draconianas a los pobres. El propio Banco Mundial reconoce que el 73% de sus proyectos en África son fallidos y Nicaragua. Network señala que el 80% de los nicaragüenses son pobres y que el 40% son pobres de solemnidad, sin que el BM y el FMI hayan intervenido decisivamente para cambiar la situación.
Francisco Aguirre-Sacasa, embajador de Nicaragua, no quiso entrar ayer en estas cifras, pero defendió apasionadamente la intervención de estas instituciones en su país: "En 1998, sufrimos el huracán Mitch, el peor desastre natural de la historia en esta parte del mundo y cada céntimo ha ido a los objetivos fijados, no como en 1972, cuando el terremoto que destruyó Managua". Los alternativos también claman contra la imposición a los pobres de las reglas comerciales de los fuertes. "La libertad de comercio es el mejor sistema que tenemos para salir de la pobreza", les replica Aguirre-Sacasa.
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