_
_
_
_
ANTONIO GUTIÉRREZ - LÍDER DE CCOO

Un dirigente sindical con carisma político

Antonio Gutiérrez cierra este próximo sábado su etapa como secretario general de Comisiones Obreras y debe elegir qué camino toma. El carné de identidad dice que nació en Orihuela (Alicante) y que va a cumplir 49 años. Tiene en realidad un año más, pero aún así es joven para emprender nuevos retos.Su camino futuro puede estar en la política, siempre que la resolución de la crisis de la izquierda le ofrezca alguna posibilidad de colaboración. Él ya ha apuntado que, si el PSOE e Izquierda Unida continúan el proyecto de unidad con el que se presentaron a las elecciones generales del 12 de marzo, está dispuesto a implicarse "hasta las cachas", en un primer momento como independiente.

Ahora se va a su casa, sin subsidio de desempleo, un derecho vetado a los exsindicalistas, y con la intención de buscar un trabajo que le dé de comer. Su currículo profesional lo quiere completar concluyendo la licenciatura de Económicas, a la que en estos años pasados no ha podido dedicar el tiempo necesario.

La andadura de la nueva etapa de su vida la iniciará colaborando en una fundación cultural que van a promover catedráticos amigos y como columnista en un diario económico. Asimismo el rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, Luis Arroyo, espera que acepte su ofrecimiento para que participe en los seminarios de la institución académica sobre relaciones laborales. Otra posibilidad que tiene es incorporarse a la dirección de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), y para eso cuenta con el apoyo de su actual secretario general, Emilio Gabaglio.

Para tomar la decisión sobre su trayectoria futura tendrá que superar los miedos y las vacilaciones que conforman la otra cara de una persona con imagen pública de valiente. Una debilidad bien conocida por los dirigentes que le han acompañado en los últimos años, y que han sido testigos de los cambios que le hacen pasar de la tosquedad a la amabilidad con una facilidad asombrosa.

Ahora la limitación de mandatos para el secretario general de CCOO, recogida en los estatutos de la central a propuesta suya, le obliga a un cambio vertiginoso. Para él llega la retirada de la vida pública, al menos por una temporada.

Se trata del primer dirigente español que abandona el cargo por haberse autoimpuesto un tope de mandatos: dos ordinarios y uno extraordinario. Culmina así una trayectoria de 12 años que ha desarrollado como secretario general de CCOO dividida en dos etapas y dos estrategias bien diferentes.

Al tomar el relevo de Marcelino Camacho, Gutiérrez continuó una política sindical basada en combinar el enfrentamiento con el diálogo, aunque claramente inclinada hacia la primera parte del binomio. No tanto en el seno de las empresas, como en las relaciones con el Gobierno y la patronal. En los primeros ocho años, Gutiérrez, junto a la UGT entonces dirigida por Nicolás Redondo, convocó tres huelgas generales a los Gobiernos del PSOE. Una experiencia que se saldó con una profunda reflexión en el seno del movimiento sindical que, en los últimos meses del gabinete socialista, a principios del año 1996, tomó la iniciativa de abrir cauces de diálogo con la patronal CEOE y con el Ejecutivo.

Ahí se gestaron pactos que cuando el Partido Popular llegó al Gobierno decidió respaldar. Entre ellos, el desarrollo del Pacto de Toledo sobre las pensiones públicas, la resolución negociada de conflictos colectivos, la ley de salud laboral y la reforma laboral pactada de 1997 para impulsar la estabilidad en la contratación, que ha dado como fruto más de dos millones de contratos fijos.

De esta forma, CCOO se incorporó a una línea de diálogo social permanente, que había mantenido la UGT en solitario desde la transición con los primeros acuerdos marcos interconfederales.

Para ello fue clave que las dos centrales apostasen por la unidad de acción, una política que fue impulsada por Gutiérrez y Redondo, que tuvo su continuidad cuando Cándido Méndez llegó a la secretaría general de UGT, en 1994, y con algunos roces importantes en el último año.

Ese cambio radical en la estrategia de Comisiones, en la que ahora la negociación prima sobre el enfrentamiento, se ha producido con una convulsión importante en el seno del sindicato. Producto de ella fue la ruptura entre Gutiérrez y Camacho, que estalló en el VI Congreso (el de 1996), cuando un sector del sindicato presentó una reforma estatutaria que eliminaba la figura del presidente de la central, que había desempeñando Camacho en los cuatro años anteriores.

Desde ese congreso, el sindicato no ha resuelto esa división y los enfrentamientos y las discrepancias entre la mayoría aglutinada en torno a Gutiérrez y la minoría que lidera Agustín Moreno, con el que fue uña y carne, han sido casi cotidianas.

En esa nueva línea sindical, Gutiérrez ha dado el salto respaldado por un equipo defensor de la política de diálogo social, en el que ha tenido un papel protagonista quien a partir del próximo sábado le va a suceder en la secretaría general de CCOO: José María Fidalgo. Un equipo formado por personas que no han pertenecido nunca al PCE o que se han dado de baja en él para subrayar más aún el alejamiento entre el sindicato y el Partido Comunista.Con esta estrategia, Gutiérrez ha logrado convertir a CCOO en el primer sindicato español.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_