_
_
_
_
_

El nuevo espíritu del equipo

En cualquier otro equipo algunas de las decisiones que estos días han tomado los miembros del G-4 habrían levantado polémica. En el deporte profesional es extraño, o al menos no es habitual, que un jugador felicite a su capitán por haberle sustituido. Eso no ocurre en fútbol, ni en baloncesto, ni en balonmano y mucho menos en los superprofesionalizados deportes estadounidenses. Pero ayer, Àlex Corretja aprovechó su parlamento en la misma pista de Málaga, al final de la eliminatoria, para decir: "Felicito a los capitanes por haber optado por Albert Costa". Aquella decisión le había dejado a él en el banquillo viendo la exhibición del leridano ante el ruso Kafelnikov.Era un mérito que le tocaba a él. Pero aceptó el cambio y fue el primer jugador que abrazó a Costa cuando éste completó su victoria y dio a España el punto decisivo. "Jugar o no no es lo importante", afirma Costa. "Lo que todos queremos es que gane el equipo. Porque todos nos sentimos integrados en este proyecto y haremos lo que haga falta para llevarlo a buen puerto. Queremos ganar la Copa Davis. Y si hay que sacrificarse por ello, lo haremos".

Más información
España alcanza las semifinales

El mismo Albert Costa podría encontrar motivos de queja contra el G-4 porque, siendo como es el segundo jugador español en la clasificación mundial de regularidad, no fue elegido el primer día ante Rusia para jugar los individuales. Duarte, que actuó de capitán, anunció que jugaría Juan Carlos Ferrero. "Es inevitable que te sientas mal en el momento en que te comunican una de estas decisiones", explica Costa. "Pero sabes que si sigues trabajando bien jugarás en otro momento. Es algo que hay que aceptar, simplemente porque todos nosotros estamos convencidos de que los capitanes hacen siempre lo que creen mejor para el equipo".

Eso lo aceptan no sólo los que están convocados, sino también aquellos que han sido descartados. Josep Perlas, uno de los capitanes, así lo aseguró. "A mí, personalmente, me ha llamado Carles Moyà para felicitar a todo el equipo. Pero me consta que se han recibido llamadas prácticamente de todos los jugadores españoles de élite. Y es que el equipo somos todos, ellos también". Son palabras que suenan bien, que gusta escuchar, pero la mayoría de las veces están vacías de contenido. "No, no. Este no es el caso. Los jugadores nos conocen perfectamente y confían en nosotros. Somos quienes les dirigimos a nivel individual. Y lo que estamos intentando es trasladar nuestra misma filosofía al equipo español de Copa Davis. El objetivo prioritario es el equipo. Y los jugadores se dan cuenta de que haciendo así las cosas se puede ganar".

La unión ahora es total. Mejor que nunca. Esta generación se ha propuesto ganar la Copa Davis. Y todos están encantado de seguir jugando en casa en las semifinales, frente a Estados Unidos, que en la madrugada de hoy acabó, no sin sufrimiento con el equipo checo.

Ahora la euforia de la victoria puede con todo. Cualquier sacrificio parece poco. Pero, ¿seguirá todo igual en la derrota? Ellos aseguran que sí. "Estamos en el camino de hacer algo grande", afirma Corretja, "y no hay que dejar escapar esta ocasión".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_