Muere Moacir Barbosa, el portero maldito
Moacir Barbosa, el guardameta de la selección brasileña que perdió el último partido del Mundial 50 Brasil ante Uruguay (1-2), el portero maldito, el hombre al que se culpó cruelmente del célebre Maracanazo -la mayor decepción de la historia del fútbol, 200.000 personas llorando en silencio en las gradas por un título que se dio por seguro pero se perdió-, murió en la noche del pasado viernes, a los 79 años, en el hospital Santa Casa de Praia Grande, en Santos (Brasil). Barbosa llevaba internado allí desde el miércoles por un derrame cerebral.Brasil fue cruel con Barbosa. Desde que se le señaló como culpable del gol de Ghiggia, el segundo de los uruguayos en aquella especie de final que comenzó ganando Brasil, el guardameta fue maltratado. Nadie le quiso dar trabajo, le consideraron poco menos que un apestado -la propia federación brasileña le expulsó por gafe de una concentración de su selección a la que acudió para dar ánimos-, y llegó a vivir de la piedad de los pocos amigos que le quedaron en Morada da Grande Planície, una localidad del litoral paulista donde trató de escapar de la sombra que le perseguía."Sólo seré absuelto por la justicia divina, porque por la de los hombres sé que seré un eterno condenado", solía repetir Barbosa, quien desde el viernes descansa en paz.
