Molina reta con vehemencia a Rubí a que critique a la plantilla a la cara
"Si tiene cojones, que venga aquí y lo diga en el vestuario", retó ayer Molina, portero titular y uno de los capitanes del Atlético de Madrid, al administrador judicial del club, Luis Manuel Rubí, en respuesta a lo que interpretó como insinuaciones de éste en la SER sobre la desidia del equipo en el Numancia-Atlético de hace dos jornadas. A la pregunta de si algunos jugadores habían mostrado cierta abulia en Soria, Rubí no pudo evitar un expresivo silencio que sólo rompió, después de algunas palabras entrecortadas, para reconocer que el Atlético jugó un partido "nefasto".
Molina rechazó ayer cualquier sospecha en torno a la entrega de la plantilla rojiblanca en la recta final de la Liga. Molina, visiblemente molesto por lo que consideró dudas mostradas por Luis Manuel Rubí en la madrugada de ayer en el programa El Larguero de la Cadena SER, contestó con extraordinaria virulencia al administrador judicial. "Si tiene cojones, que venga aquí y lo diga en el vestuario", retó el jugador.La contundente réplica de Molina fue su respuesta al silencio con que Rubí contestó a la pregunta planteada de si había notado cierta desidia en los jugadores del Atlético durante el partido que perdieron ante el Numancia (3-0) hace dos jornadas de Liga. Rubí se quedó a medio camino entre el estupor y la duda tras recibir la pregunta, permaneció en silencio durante algunos segundos, buscó con la mirada a sus asesores y, después de balbucir algunas palabras entrecortadas, reconoció que el Atlético había jugado en Soria un partido "nefasto". No pasó de ahí.
A lo largo de la entrevista Rubí intentó incluso descargar de presión a la plantilla: "Los jugadores son profesionales, tengo que confiar en ellos porque sólo ellos pueden sacar al club [de los puestos de descenso]. Tienen que trabajar con toda tranquilidad y no se les puede alterar con presunciones ni sospechas", llegó a decir. Pero su silencio anterior debió resultarle suficientemente expresivo a Molina, quien, a preguntas de los periodistas, le lanzaba ayer tras el entrenamiento ese amenazante "si tiene cojones, que venga aquí y lo diga en el vestuario".
Para el internacional, no tiene sentido pensar que los jugadores no estén esforzándose al máximo para evitar ese descenso a Segunda al que al día de hoy les aboca la clasificación. "Los jugadores lo damos todo en el campo y vamos a seguir así. No podemos decir nada nuevo a la afición, desgraciadamente, pero seguiremos luchando hasta el final, aunque cada vez sea más difícil". Molina aún fue más allá, y negó que la plantilla se dé por descendida. "No nos resignamos. El que se resigne no tiene cabida en el vestuario", aseguró. "Si alguien baja los brazos o da todo por perdido entonces sí habrá problemas, pero somos mayorcitos para saber lo que nos estamos jugando. Tenemos que salir al campo a morir. No hay más vuelta de hoja, ni pensar en informes u otras cosas".
Fue precisamente la intervención judicial del Atlético y el informe técnico que Rubí presentó el viernes al juez de lo único de lo que Molina se negó a hablar. "Lo único que nos interesa a los jugadores es ganar partidos y sacar al equipo de la situación deportiva en la que está. No hay más vuelta de hoja, ni pensar en informes u otras cosas", zanjó.
Hasselbaink, Santi y Ayala, por otro lado, no se entrenaron ayer con el resto de la plantilla del Atlético. Los tres, aquejados de sendas sobrecargas musculares, se ejercitaron en el gimnasio, aunque en el club no se pone en duda que podrán jugar el sábado contra el Deportivo. Roberto, con sinusitis, no acudió al entrenamiento. Tampoco lo hizo el portero Toni, que estaba en Barcelona en el entierro de su padre, fallecido el pasado lunes.
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