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Renfe mantiene las sanciones contra la cúpula del sindicato de maquinistas pese al fin de los paros

Renfe y el Sindicato Español de Maquinistas y Auxiliares Ferroviarios (SEMAF) alcanzaron la madrugada de ayer un acuerdo que ponía fin al paro indefinido que decretaron de forma imprevista los conductores el pasado viernes. Tras 17 horas de negociación, los maquinistas cedieron en parte de sus reivindicaciones, pero el acuerdo no impedirá que la cúpula del sindicato sea expedientada "por haber coaccionado" a parte de la plantilla para que secundara los paros, según explicó el director de Recursos Humanos de Renfe, Juan Fernández. El SEMAF pide perdón "por el perjuicio causado a los ciudadanos".

Fernández adelantó que el acuerdo acababa con los expedientes disciplinarios a los maquinistas que no habían acudido al trabajo en los últimos cuatro días. Se pactó, según Fernández, que se responsabilizara "de forma directa" al comité de huelga del SEMAF (una quincena de personas) de las coacciones que han sufrido los empleados para que no acudieran a sus puestos. Según Renfe, recibieron coronas de flores en sus domicilios, notas coactivas en taquillas y llamadas telefónicas. El coordinador general del sindicato, Juan Jesús García Fraile, negó conocer estas presiones y, en todo caso, las reprobó si resultasen ciertas. Asumió que la huelga "se desmadró un poco", por lo que pidió disculpas a los usuarios, pero alegó que esa situación respondió a "la actuación represiva de jefes de Renfe".El director de Recursos Humanos dijo que "el comité de huelga acepta cargar con las consecuencias de ser inductores al absentismo laboral". Ahora se creará una comisión entre Renfe (que anunció el sábado que despediría a la cúpula del sindicato por coaccionar a maquinistas) y el SEMAF para tratar el alcance de las sanciones.

Renfe evitó la fotografía con los representantes del SEMAF para dejar claro que reprueba "las formas y el chantaje" del sindicato de conductores durante los últimos cuatro días, en los que hubo cerca de 1,5 millones de viajeros afectados y durante los que la compañía sufrió pérdidas que evalúa en 4.000 millones de pesetas. Según Renfe, del millar de maquinistas que secundó la huelga, la mitad alegó enfermedad para no acudir al trabajo y boicotear así los servicios mínimos, lo que llevó el transporte ferroviario al caos, en especial en Madrid, Valencia y Asturias.

El acuerdo, tras 17 horas de tira y afloja, incluye la creación del llamado agente único de conducción. Hasta ahora, en las locomotoras van un conductor y su ayudante. Se suprimen los auxiliares y los 1.700 empleados de esta categoría ascienden automáticamente a maquinistas, por lo que recibirán 800.000 pesetas más al año. Por su parte, la compañía se compromete a mejorar la comodidad de las cabinas y los dormitorios para conductores y aumentar los pluses de productividad, en especial para las líneas que ya tienen un único maquinista (cercanías, AVE y algunos regionales). También se elimina el actual límite de 250 kilómetros de trayecto para que circulen trenes con un conductor y las maniobras en vacío las realizará un solo maquinista. El salario medio para éstos se situará en unos cinco millones de pesetas brutos al año.

Renfe aduce que el incremento en el número de conductores (hay ahora 5.800) supondrá "una mejora en la calidad del servicio" y dará respuesta al aumento de la demanda en algunos servicios. También supondrá unos beneficios de unos 450 millones de los que se beneficiará todo el colectivo, a través de una bolsa de productividad.

Una reivindicación de los huelguista que no prosperó fue la creación de un estatuto del maquinista, que implicaba que el SEMAF controlara el acceso y la promoción, lo que Fernández calificó de "chantaje" y dijo que no se les podía dar "tanta parcela de poder". Los representantes sindicales acordaron que intentarán conseguir la homologación de la profesión con el Ministerio de Fomento. "Hemos conseguido un buen acuerdo, aunque un poco rápido. Si hubiéramos tenido más tiempo, nos habría ido un poco mejor, pero la verdad es que nos hemos visto desbordados", señaló García Fraile, quien agregó que sólo una de las 54 direcciones territoriales del SEMAF se opuso al acuerdo.

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Los trenes volvieron a la normalidad a las 7.30

El anuncio del final de la huelga indefinida por parte del SEMAF se confirmó a las cinco y media de la madrugada de ayer, lo que no impidió que los trenes funcionaran "con total normalidad" desde las 7.30 de la mañana, según un portavoz de Renfe. Los representantes del SEMAF aseguraron la tarde del domingo que el acuerdo tendría que llegar antes de las tres de la madrugada para garantizar el funcionamiento de los trenes. El pulso entre Renfe y el SEMAF (que representa al 50% de ellos) no se resolvió hasta dos horas y media después. El coordinador general del sindicato, Juan Jesús García Fraile, reconoció entonces que habría "serias dificultades" para la vuelta a la normalidad. Los mayores problemas se dieron en Madrid y Valencia, principalmente en cercanías, y afectaron fundamentalmente a la frecuencia de trenes. Y los usuarios debieron de conocer el acuerdo rápidamente porque, según Renfe, la afluencia de viajeros fue la normal.

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