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Reportaje:ATLETISMO

El hombre que desafía la lógica

Fuera de temporada y 'viejo' para la velocidad, Michael Johnson sigue batiendo marcas

Carlos Arribas

El mundo del rendimiento físico está lleno de lugares comunes y convenciones que, convenientemente, los escasos campeones se encargan de poner en solfa.Hay, por ejemplo, una especie de consenso general que dice que a partir de los 27 o 28 años el cuerpo de un atleta pierde velocidad explosiva y gana en resistencia. Y hay un atleta llamado Michael Johnson, precismente el hombre más rápido del mundo, nacido el 13 de septiembre de 1967, que llega y a los 32 años va y corre el cuarto 200 más veloz de la historia (19,71s, el sábado 18 de marzo. De las otras tres marcas mejores, dos le corresponden a Johnson, incluido el récord mundial, los 19,32s de Atlanta 96); y que coge y seis días más tarde se inventa una carrera de la inusual distancia de 300 metros (dos rectas y una curva de estadio, como un 200 metros con salida lanzada) y se marca un registro de 30,85s (algo así como tres pruebas de 100 seguidas a 10,28s por serie).

La norma de la pérdida de velocidad como un asunto proporcional a la edad se puede ver refrendada en la tabla de marcas. Sólo siete atletas han bajado en la historia de 44s en los 400 metros. Seis de ellos (Harry Butch Reynolds, Quincy Watts, Danny Everett, Lee Evans, Steve Lewis y Larry James) no habían cumplido aún 26 años cuando lograron su mejor marca. Y sólo uno de ellos, Michael Johnson, claro, que bajó por primera vez de los 44s en 1992, cuando tenía 24 años, fue capaz de seguir mejorando con la edad: 43,98s a los 24 años; 43,65s a los 25; 43,39 a los 27, y 43,18s (actual récord del mundo) a los 32 años.

Así que nadie se extrañó el sábado cuando, después de marcar 30,85s en los 300 metros de Pretoria, Johnson declaró a Reuters: "Aún no he ajustado bien el récord de 400 metros. Sigo pensando que rebajarlo hasta los 42s es posible. Y no creo que sea muy difícil conseguirlo. Así que si no lo logro quizás si que me suponga una desilusión". No es que el atleta de Waco (Tejas) desprecie mejorrar su récord de 200 metros. "No, no es imposible bajar de 19,32s, en absoluto", dijo. "Lo que pasa es que mi única motivación ahora es dejar el récord de 400 metros en un lugar que nadie antes pensara posible poder llegar".

Hay, también, otra ley no escrita que dice que cualquier atleta sólo puede alcanzar un gran pico de forma por temporada, un gran momento que idealmente debe coincidir con su gran objetivo. Y 2000 es un año olímpico, los Juegos de Sydney se celebran la segunda quincena de septiembre, todavía nos andamos por marzo y todo el mundo sabe que el gran objetivo del único Michael Johnson es una triple coronación en la ciudad australiana: oro en 200 metros (como en Atlanta 96), oro en 400 metros (como en Atlanta 96) y oro en el relevo largo (como en Barcelona 92). Otra lógica desafiada por el hombre que precisamente por su forma de correr, zancada corta, centro de gravedad bajo, torso rígido, más leyes fisiológicas ha desafiado con sus récords: mejora sus marcas en marzo y piensa seguir haciéndolo en septiembre.

"Pero eso no es ningún problema", explicó. "Si en vez de correr en Suráfrica me hubiera dedicado a hacer la temporada de pista cubierta nadie me habría hecho esta pregunta. No veo por qué una vez que empiezas a ir a más, a más, a más tenga que llegar un momento en que tienes que ir a menos".

El secreto se lo desveló Johnson a un grupo de velocistas surafricanos durante un seminario. "La clave está en abrir paréntesis durante las competiciones para recuperar con buenos entrenamientos lo que la competición te ha exprimido del cuerpo. Todo es cuestión de planificación. A mí me gusta correr las carreras agrupadas, tres o así en 10 días, y después volverme a Tejas a entrenarme".

Allí, a la Universidad de Baylor, con Clyde Hart, su entrenador de toda la vida, Johnson volverá después de correr un 400 el viernes en Ciudad del Cabo. Allí, con entrenamientos selectivos y de calidad, Johnson preparará el asalto a su triple reto de Sydney 2000. para entonces ya habrá cumplido los 33 años.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.
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