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AUTOMOVILISMO Campeonato del Mundo de fórmula 1

Schumacher, irreductible en Brasil

Hakkinen abandonó cuando iba líder y Coulthard, segundo, fue descalificado en la madrugada de hoy

No podía haber empezado mejor el año para Ferrari: dos carreras, dos triunfos para Michael Schumacher y, lo que también es muy importante, el cero absoluto hasta ahora para el único equipo que hoy por hoy puede hacerle frente, McLaren. Schumacher ganó ayer en Interlagos casi de punta a punta, y vio la bandera a cuadros cuatro segundos antes que David Coulthard. El escocés de McLaren acabó segundo, sí, y durante seis horas sumó los que eran los primeros puntos para su escudería. Pero las normas de la FIA, en la madrugada de hoy, le descalificaron por irregularidades en su McLaren que sus portavoces no han querido especificar. Las dudas habían comenzado un poco antes, a las once de la noche (hora española), cuando la FIA anunció que estaba investigando unos paneles de madera en los fondos de los seis coches que habían acabado en las primeras posiciones; y entre ellos, claro, el de Schumacher. Finalmente, sólo Coulthard ha sido descalificado.El circuito de Interlagos volvió a vivir una batalla entre los cuatro pilotos de las que, a pesar de todo, siguen siendo las escuderías favoritas: Ferrari y McLaren. Y de nuevo el duelo fue ganado por la marca italiana, que tiene en Michael Schumacher a un piloto irreductible. Nadie puede con él. Ni siquiera cuando las cosas funcionan. Ayer, el Gran Premio de Brasil no hizo más que constatar estas premisas. Schumacher controló la carrera prácticamente de principio a fin, se fue disparado desde la segunda vuelta, tomó una ventaja insalvable para sus perseguidores y luego se limitó a vivir de rentas hasta cruzar la bandera a cuadros. Fue su segunda victoria consecutiva y la 37ª de su carrera. Y algunos dan a este triunfo un carácter especial, puesto que el ganador de Brasil ha sido campeón mundial los últimos seis años. Para Ferrari es la primera victoria en el Gran Premio de Brasil desde 1990 (Alain Prost).

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El alemán ganó de forma solvente, sin paliativos, sin dar opciones. Y a ello contribuyó el abandono de Mika Hakkinen (McLaren), que dejó el circuito inmediatamente sin hacer declaraciones, y posteriormente el del brasileño Rubens Barrichello, segundo piloto de Ferrari. Sin ellos dos, la segunda posición le vino regalada a Coulthard, que ni se planteó atrapar a Schumacher, ni tuvo que pelear para mantener esa plaza. La tercera posición (segunda tras los sucesos de esta madrugada) fue para el Benetton de Giancarlo Fisichella.

Lo que Ferrari se plantea este año quedó claro ya desde el inicio de la carrera. Cuando los semáforos estuvieron verdes, Schumacher no sólo adelantó en el arranque a Coulthard, sino que amenazó seriamente al mismísimo campeón mundial. Hakkinen soportó la primera embestida, pero no la segunda, sólo una vuelta más tarde. "Ferrari ha salido con los tanques medio vacíos y sus bólidos van más ligeros", explicó Joan Viladelprat, que en pocos meses podría regresar a los talleres de la fórmula 1 si finalmente Telefónica acaba comprando la escudería Minardi. Y acertó. Porque la estrategia de los bólidos rojos fue la de realizar dos repostajes cuando las condiciones les fueran favorables.

Sin embargo, ante los ojos de miles de aficionados desconocedores de estas circunstancias -el Ferrari podía pesar 50 kilos menos que los McLaren en aquellos momentos-, la humillación sufrida por los coches de la escudería británica fue grave. Sobre todo porque lo que quedó grabado en la retina de quienes seguían la carrera fue que Schumacher superó a Hakkinen en la entrada de una curva, cuando quiso. Y Barrichello avanzó a Coulthard en la recta, ante la impotencia del escocés.

La estrategia de los italianos funcionó. Schumacher adquirió una ventaja de más de un segundo por vuelta respecto a Hakkinen y entró en boxes cuando le llevaba ya 20 segundos. Su parada duró 10 segundos, pero regresó tercero a la pista por detrás de Barrichello y Hakkinen. Entonces, con el circuito enardecido por el liderato del piloto local, fue el turno de Barrichello. Y su pase por los boxes permitió un efímero momento de gloria a Hakkinen: quedó como líder, pero menos de 10 vueltas. Cuando el finlandés entró en talleres fue para no volver. Con cara de pocos amigos, se bajó del coche, con problemas mecánicos, y se largó.

La carrera sirvió asimismo para confirmar la mejora de los Jordan, que colocaron a sus pilotos Frentzen y Trulli en la tercera y cuarta posición. También fue una excelente jornada para Williams-BMW, que copó la quinta y sexta plaza con Ralf Schumacher y Jenson Button.

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