El Congreso autoriza a Clinton a castigar a la OPEP si no sube su producción el lunes
En vísperas de la reunión que celebrarán el lunes en Viena los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el legislativo de EEUU les ha enviado un mensaje amenazador para que aprueben un aumento de la producción que reduzca los precios del crudo y el de las gasolinas, que han subido un 50% en 1999. Por aplastante mayoría (328 a favor y 38 en contra), la Cámara de Representantes aprobó en la madrugada de ayer una ley que reafirma los poderes de Bill Clinton para cortar la ayuda económica y la venta de armas de EE UU a los miembros de la OPEP.
La medida, esencialmente simbólica, no tiene otra explicación que la que ofrecieron los propios congresistas. "Queremos presionar a los países de la OPEP", declaró Benjamín Gilman, el republicano de Nueva York que preside el Comité de Relaciones Internacionales y redactó la ley aprobada por el pleno. Esta ley no concede a Clinton nuevos poderes para castigar a la OPEP si no incrementa la producción de crudo, pero le anima a usar los que ya tiene, en especial la posibilidad de imponer sanciones a través de la reducción de la ayuda económica y de la venta de armas. Arabia Saudí y Kuwait son los países señalados con el dedo en EE UU.Republicanos y demócratas de la Cámara de Representantes manifestaron su disgusto por la actitud de Clinton, que consideran débil frente a una subida de los precios del petróleo que está repercutiendo en los bolsillos de unos consumidores acostumbrados a pagar poco por la gasolina de sus coches y el combustible de sus calefacciones. "La OPEP debería entender que la incapacidad para actuar de Clinton cuando, hace un año, los países productores decidieron reducir la producción no significa que EEUU vaya a quedarse sentado viendo como los precios alcanzan niveles récord", dijo Gilman.
La ley obliga a Clinton a informar al Congreso en los próximos 30 días sobre la actitud individual y colectiva de los miembros de la OPEP, precisando qué países son favorables o no al inmediato control de los precios del crudo y proponiendo sanciones concretas. Bill Richardson, secretario de Energía, afirmó ayer que la actitud del legislativo entorpece los actuales esfuerzos diplomáticos de EE UU con los países productores.
EE UU, según Jay Hakes, un alto funcionario del departamento de Energía, calcula que la OPEP debe incrementar su producción en unos dos millones de barriles diarios para devolver los precios y las reservas a niveles aceptables. Eso supondría alcanzar una producción de 26 millones de barriles diarios, cuando la aprobada actualmente por la OPEP es de 23 millones y con el exceso de cuotas de algunos miembros alcanza en la práctica los 24 millones.
Los precios de la gasolina han alcanzando en EE UU la para este país insólita cifra de 81,9 pesetas por litro, un 50% más que el pasado año. Esto provoca las protestas de los consumidores y crea un malestar que no conviene a los políticos demócratas y republicanos en este año en que se elige nuevo presidente de EE UU y se renueva la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.
Los camioneros ya han protagonizado varias concentraciones con sus vehículos frente al Capitolio de Washington, sede del legislativo, para exigir al Congreso medidas para frenar los precios y castigar a la OPEP.
El principal líder de esta protesta, James Hoffa, presidente del sindicato de camioneros, afirma que los países árabes de la OPEP deberían mostrar su agradecimiento a EE UU por enviar soldados para salvarles durante la Guerra del Golfo. La única oposición a esta actitud en la Cámara de Representantes procedió de un pequeño grupo de congresistas demócratas.
En este clima, los países productores de la OPEP, encabezados por Arabia Saudí -Irán todavía no ha concretado postura- y productores independientes como México y Noruega, parecen dispuestos a aumentar la producción, aunque de modo controlado.
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