Un niño con barba descubre el mundo en 'Chiquilladas'
Tras la mirada de un niño bulle una compleja y fresca interpretación del mundo de los adultos. Desde ayer, el actor Santiago Sánchez, de 35 años, se convierte, con toda su barba, en un chaval que descubre el sexo, la religión, la muerte en ese oscuro mundo de los mayores que para él todavía es luminoso, lleno de color, y se presta a una interpretación desde la más alegre voluntad de vivir. El francés Raymond Cousse -autor de El cerdo, popularizado por Juan Echanove- escribió a los 25 años esta obra, que se representa en el teatro Alfil.Santiago Sánchez interpretó por primera vez este papel de 1989 a 1993, asesorado por el propio Raymond Cousse, que todavía figura como director del montaje. "Este niño es El cerdo que aún no ha crecido, lleno de esperanza y de perplejidad sobre el mundo de los adultos", explicó Sánchez durante la presentación de la obra el pasado jueves. Por ejemplo, el niño se asoma al mundo del sexo a través de una cerradura por la que ve a la hermana de su amigo Marcelino con el hijo del carnicero y se enfrenta al tema de la muerte mientras ve cómo este mismo carnicero acaricia a los animales que después matará "para que nadie pase hambre". En esta obra, teñida de una ironía que "despierta sonrisas y hasta carcajadas", Cousse se reflejó a sí mismo, vitalista y muy impresionable, de forma que "hacía suyo lo que ocurría a su alrededor", como describió su viuda, Marie Claude. Cousse decidió acabar con su vida en 1992, en el aniversario de la muerte de Samuel Becket, un autor que le influyó desde sus inicios.
"Da que pensar"
Chiquilladas no se queda en la mera sonrisa porque al final el niño, llamado simplemente "el amigo de Marcelino", queda perplejo ante la muerte de este compañero de juegos en un accidente absurdo. Entonces comienza a ver en qué consiste "la negrura del mundo adulto, y ello da que pensar", como recordó Sánchez.
Este actor presta su cara de niño con barba, un rostro infantil que curiosamente también poseía el propio Cousse, nacido en Bretaña en 1942, a un personaje que representa "una abstracción del concepto de la infancia". "La obra no la disfrutan los muy niños porque ellos ven así el mundo, pero sí todos los que una vez fuimos niños y despertamos de una forma muy parecida al mundo adulto". Sánchez vuelve ahora, después de diez años, a "jugar este personaje". Mientras tanto, ha popularizado la improvisación con el montaje Imprebís con 600 representaciones, y ha dirigido Galileo, de Bertold Bretcht.
Según el actor, la versión en castellano de Chiquilladas, de Juli Leal, "ha respetado la musicalidad del original y lo ha adaptado a este momento", pues fue escrito en la posguerra
Chiquilladas. Teatro Alfil. Pez, 7. Metro Noviciado. 2.000 pesetas (miércoles, 1.500). Horarios en Cartelera.
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