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Gabri tumba al Sparta

Los azulgrana derrotan a los checos en Praga después de que Hesp parara un penalti al final

El Barça tramitó con profesionalidad un partido de estorbo que se salvó por las incidencias del final. Hesp le paró a Hapal un penalti que el propio portero había cometido sobre Lokvenc, a un minuto del final, y acto seguido Gabri marcó su segundo gol y firmó el triunfo azulgrana. El resultado tiene su mérito si se atiene a que el Barcelona jugó con un equipo disminuido por las bajas y sin la tensión competitiva que sólo dan los puntos.El Barcelona salió lastrado por las ausencias de Figo y Kluivert, futbolistas sobre los que descansa el fútbol ofensivo de los azulgrana, jugadores que le dan el último aceleración, el toque decisivo, a todas la acciones manejadas por la segunda línea y especialmente por el medio centro (Guardiola) y el libre (Frank de Boer). La posesión de pelota no le garantizó el dominio del partido, manejado durante su primer tramo por el Sparta, un equipo más directo, más físico y que tiene como referente a Lokvenc, un gigante que se descuelga de la misma manera que remata cuantos centros le llegan desde las bandas.

SPARTA DE PRAGA 1BARCELONA 2

Sparta de Praga: Blazek; Bolf, J. Novotny, Gabriel; Fukal, Jarosik, Svoboda (Hapal, m. 59); Sionko, Rosicky; Lokvenc y Obajdin (Flachbart, m. 72).Barcelona: Hesp; Reiziger, Dehú, Frank de Boer, Bogarde; Gabri, Guardiola (Xavi, m. 61), Cocu (Lítmanen, m. 75); Simao, Dani y Rivaldo (Ronald de Boer, m. 45). Goles: 1-0. M.17. Svoboda recoge una dejada de Lokvenc y remata suave y colocado desde fuera del área al poste izquierdo de Hesp; 1-1. M. 57. Frank de Boer asiste a Dani, quien falla en el control pero toca para la llegada de Gabri, que para con la derecha y cruza con la zurda. 1-2. M. 90. Gabri remata desde la media luna un servicio de Ronald de Boer y el balón se cuela junto al poste derecho Árbitro: Rune Pedersen, noruego. Mostró la tarjeta amarilla a Reiziger, Frank de Boer, Sionko y Gabri. Una buena entrada en el estadio Letna. Hesp paró un penalti a Hapal (m. 89).

La determinación del Sparta contrastó con la indolencia del Barcelona, muy conservador, previsible y también lento. Tocaron y tocaron los azulgrana frente al muro que pararon los locales siguiendo la marca de la divisoria. Pero únicamente en dos ocasiones conectaron los medios barcelonistas con los delanteros durante el primer tiempo. Las pérdidas de balón fueron constantes y la línea de recuperación actuó más relajada que de costumbre, con entradas a destiempo, poco juego de elaboración, sin apenas pases interiores para los puntas.

El gol de Svoboda reflejó el desinterés del Barcelona por el encuentro en su inicio. Nadie reparó en la llegada del medio del Sparta, que remató flojo, pero colocado, sorprendiendo a Hesp, tapado por sus centrales. El tanto descentró a los azulgrana, que perdieron toque, paciencia, capacidad para enfriar el juego y acabaron ganando el campo contrario a base de pelotazos, un recurso de equipo pobre y que agradeció el Sparta, cargado de futbolistas de envergadura que se divirtieron en el rechace ante el fútbol aéreo del rival.

Las concesiones defensivas del Barcelona alimentaron incluso las expectativas del Sparta de ampliar el marcador. Van Gaal intentó corregir el juego frontal de su equipo con la entrada en el segundo tiempo de Ronald de Boer, en sustitución de Rivaldo. El holandés ayudó al equipo a asentarse mejor a cambio de perder intimidación, aunque no gol, pues Gabri atrapó el empate en un pase de Dani tras una preciosa asistencia de Frank de Boer. El 1-1 fue aprovechado por el técnico azulgrana para dar descanso a Guardiola y entregar el mando a Xavi, un futbolista que garantiza el orden posicional igualmente necesario en partidos sin vida como el que protagonizaron ayer en Praga.

La igualdad, en cualquier caso, no alteró el discurso del partido, bastante monótono, lento, poco profundo. El Sparta se dejó ir en el momento que supo del gol del Oporto y, consecuentemente, de la clasificación del equipo portugués. El Barça, mientras, mantuvo el tran-tran, sin arriesgar en demasía, y trenzando alguna que otra jugada. Hubo, por ejemplo, un gol anulado a Dani sin saberse muy bien el motivo, aunque el linier levantó la bandera antes del remate del ariete, que el día anterior se había quejado por la falta de minutos. El problema de Dani es que hoy por hoy Kluivert vive un momento de gracia. Van Gaal tiene muy claro el equipo titular, y las primeras opciones, entre las que figura Lítmanen. El finlandés se ofreció con reiteración en su entrada a la cancha, y conectó asiduamente con los pases profundos de Frank de Boer. Luego llegaría el penalti de Hapal y posteriormente el gol de Gabri que permite al Barça mantenerse invicto en la actual Liga de Campeones.

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