La falta de puntería se ceba con el Celta
El Alavés consigue un empate en Balaídos con otro gol de un suplente de refresco
Todo es imprevisible en el Celta salvo una cuestión: su inexistente pegada. Es un principio incuestionable en su juego. Así, el equipo de Víctor Fernández convierte en simples victorias los grandes marcadores y en meros empates partidos como el de ayer, en el que concedió un nuevo indulto que permite al Alavés mantenerse en los puestos altos de la tabla. Daba el partido para una jornada cómoda del Celta, de las que tanto necesita en vísperas del encuentro de vuelta con el Lens, y todo lo que acumuló en una hora de ataque masivo consistió en un gol. Pueden pasar cosas como que la primera llegada del rival se traduzca en gol y el enorme pero inútil fútbol del Celta le pase factura.Lo mejor que se puede concluir del Alavés es que no perdió la compostura en los peores momentos, y decir eso en Vigo es tanto como sumar algún punto. Se defendió con orden en la primera mitad el equipo de Mané y con descaro en la segunda, cuando lanzó Astudillo un centro kilométrico que la improvisada defensa del Celta no fue capaz de rechazar. El cabezazo de Javi Moreno confirmó lo que todo Balaídos estaba esperando: que la primera llegada del Alavés destrozaría el partido, que se saldaba en ese momento con un único tanto de ventaja para los de Vigo.
CELTA 1ALAVÉS 1
Celta: Pinto; Karpin, Vivas, Cáceres, Velasco; Makelele, Giovanella; Belmadi (Iago Bouzón, m. 81), Mostovoi (Gustavo López, m. 67), Revivo (Tomás, m. 74); y Benni McCarthy. Alavés: Herrera; Contra, Karmona, Téllez, Torres Mestre; Pablo (Magno, m. 67), Desio; Astudillo, Nan Ribera, Ibón Begoña (Azcoitia, m. 54); y Kodro (Javi Moreno, m. 54). Goles: 1-0. M. 56. Benni McCarthy recoge un rechace a la salida de un córner y anota. 1-1. M 66. Javi Moreno cabecea un largo centro desde la izquirda de Astudillo. Árbitro: Esquinas Torres. Mostró tarjeras amarillas a Pablo, Gustavo López y a Vivas en dos ocasiones, por lo que fue expulsado en el minuto 80. Unos 22.000 aficionados en Balaídos.
El grupo de Mané ya había desistido a esas alturas de buscar la victoria que le situase a un punto del líder. Tal y como fueron las cosas, el empate resultó un marcador enorme. La precariedad de la plantilla del Celta le llevó a una situación aberrante. En la zaga, sólo Cáceres jugó en su lugar. Karpin debutó como lateral derecho, Velasco cambió su banda natural por la izquierda y Vivas, un jugador de ciento sesenta centímetros, ocupó un sitio en el centro de la defensa. Centró Víctor Fernández las reformas en su última línea, lo que le permitió trastocar más bien poco el resto del equipo.
De alguna manera todo esto se reflejó en el partido: los escasos problemas que planteó el Alavés se debieron a una cierta descoordinación defensiva, mientras que de medio campo hacia adelante reinó la normalidad más absoluta. Es decir, el clásico derroche de oportunidades a manos llenas que caracteriza al equipo de Balaídos.
Mediada la primera parte, en lo que dura un cigarrillo, desperdició el Celta media docena de ocasiones. Mostovoi estrelló un balón en el palo en el minuto 19. A la salida de ese mismo córner, un rechace del Alavés fue a parar al mismo poste. Mostovoi volvió a fallar en el área pequeña, y después Benni McCarthy fue incapaz de definir dos duelos con Herrera consecutivos. Todo eso, en seis minutos.
Se puede recordar que el manejo del balón fue en exclusiva para los de Vigo, que el Alavés se vio al borde de la desesperación, que el equipo levantó a los aficionados de sus asientos, pero el descanso llegó con empate sin goles. Lo de siempre.
No tuvo mayores dificultades el Celta que buscar la banda derecha, por donde entraron Karpin y Belmadi. Con el apoyo de Mostovoi, ese costado se convirtió siempre en un camino al área, lo que puso en evidencia el deteriorado estado físico que al otro lado del campo exhibió Revivo. Malo es que ande bajo el israelí, pero peor que no se dé por aludido y busque con insistencia un regate maravilloso que actualmente nunca llega.
Llegó el tanto del Celta en la acción más descoordinada en ataque. Fue el resultado de más de tres rechaces en el área a la salida de un córner; el último lo atrapó Benni McCarthy y el balón fue a la red, no sin antes pegar nuevamente en un defensa del Alavés.
En su jugada menos vistosa se puso el Celta por delante, pero no pasaron diez minutos hasta que la desgracia que tanto había buscado con su deficiente pegada se plasmase en un rápido contraataque de los de Mané. Por no materializar sus ocasiones vive el Celta a expensas de acciones aisladas. La de ayer le dificulta de manera enorme meter un año más la cabeza en Europa. Al Alavés, en cambio, le deja con sus sueños intactos.
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