Cajastur seguirá en Cantábrico aunque triunfe la OPA de Texas

El presidente del Principado, el socialista Vicente Álvarez Areces, y la presidenta en funciones de Caja de Asturias, Paz Fernández Felgueroso, afirmaron ayer que Caja de Asturias, segundo accionista de Hidroeléctrica del Cantábrico, mantendrá su actual participación accionarial del 10,5% en la compañía eléctrica asturiana, tanto si prospera el anuncio de una oferta pública de adquisición de acciones (OPA) por parte del grupo norteamericano Texas Utilities Europa como si llegan a lanzarse contraopas para el control de Cantábrico por parte de alguna de las grandes compañías eléctricas españolas.Álvarez Areces afirmó que Cantábrico, por su salud financiera y su pequeño tamaño, estará siempre sometida al riesgo de intentos de control. La posición del Gobierno asturiano será la defensa de la identidad asturiana, el mantenimiento de la sede corporativa de la compañía en la región y el desarrollo de los proyectos industriales anunciados. Álvarez Areces advirtió de que algunas de las contraopas con las que se especula, en referencia implícita a Unión Fenosa y otras compañías españolas que pudieran estar interesadas en tomar el control de Cantábrico, podrían suponer, dijo, no sólo el control accionarial, sino la absorción de la empresa asturiana, que de ese modo sería "engullida" por otra eléctrica de mayor tamaño.

Por otra parte, el vicepresidente primero del Gobierno en funciones, Francisco Álvarez-Cascos, apoyó ayer en Oviedo la tesis defendida por la dirección de su partido en Asturias, cuyo presidente, Ovidio Sánchez, ha reclamado a Álvarez Areces que lidere una contraopa sobre Cantábrico dada la vital importancia de la eléctrica asturiana para el desarrollo regional. Sin embargo, no quiso valorar la decisión del Gobierno asturiano de destituir mediante un decreto al presidente de Cajastur, Manuel Menéndez, y se remitió a la valoración que sobre el mismo ha hecho su partido, que ha sido especialmente crítico con Álvarez Areces, al que acusa de intentar controlar a toda costa la principal entidad financiera de la región.